Con la llegada del COVID-19 a nuestras vidas y geografías, la manera en que nos relacionamos con el mundo ha cambiado. La propagación del virus nos trajo al confinamiento; y ello, a repensar actividades y actitudes. Nos exigió reconsiderar e innovar nuestras prácticas creativas y editoriales.
Queremos un producto abrupto. Casi accidental. Nos urge proponer algo distinto en cuanto a generación de contenido. Estamos dispuestos a experimentar cuanto sea posible, sólo con tal de no hacer imágenes ni compartir información de la manera en que habitualmente lo hacemos. Pugnamos por seguir ocasionando labores colaborativas, aun sin salir de casa. Quizás no apostemos por formatos diferentes, pero sí por metodologías y soluciones diversas.
Archivos en construcción constante.
– 10 . abril . 2020 –
Actualización: el contenido aquí vertido no tiene ningún propósito fijo. Si acaso, esperamos que en algún momento sus fotografías y textos funcionen como un registro de pensamientos, reflexiones y experiencias durante el confinamiento. Del mundo que se fue y de los restos con que se construyó el futuro-presente.
– 24 . mayo . 2020 –
Still
adj./quieto, tranquilo, inmóvil
adv./todavía, aún
sust./instantánea, fotografía
De qué manera producir imágenes en colectivo.
Cómo continuar con la generación de materiales audiovisuales en comunidad y durante el distanciamiento.
Los archivos_del_aislamiento_ son un ejercicio creativo que busca la documentación y el repositorio tanto de nuestras visualidades como de nuestras experiencias durante el confinamiento ocasionado por la precaución ante el COVID-19.
El mapeo resultante ocasionará un expediente gráfico de nuestras actividades y pensamientos durante la aparición del virus.
Específicamente, Still explora las posibilidades de una sesión fotográfica mediante direcciones remotas. A partir de palabras, entornos e instrucciones en una multiplicidad de lenguajes, estos retratos muestran las alternativas que se tienen (o no) para la continua creación visual.
Sin poder compartir un mismo espacio físico, la oportunidad de una videollamada y sus diferentes materialidades serán la ocasión para experimentar con los registros, actitudes, resistencias y emociones entre fotógrafa y modelos.
Testamento de Moda
Nuestras vidas son domésticas ahora.
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La Moda se da en la intimidad.
1.
La fotografía tal y como la conocemos no perdura. Se amplía y evoluciona. No desaparece, sólo se renueva.
La Fotografía de Moda, especialmente, es un reflejo de las sociedades que le han generado y de los mercados que se desean reproducir a sí mismos. De los proyectos que buscan la auto-perpetuación. Y al modificar uno de estos rostros, sin remedio se transforma al otro.
Ante la pregunta de cómo podríamos solucionar una editorial de Moda durante el distanciamiento precautorio del COVID-19 –obviando que el papel de los influencers pende de un hilo y que estos no son la respuesta para hoy–, ¿de qué forma coordinar, dirigir, fotografiar, estilizar y, sobre todo, mostrar Moda?
Máxime si nos situamos en el límite distópico de un contexto que bien podría no terminar en meses.
2.
Nos enfrentamos a una pandemia que ha pausado al mundo que creímos nuestro e impermeable. Y ahora, más que nunca, parece que necesitamos un escape para los miedos y penas que nos confiscan. Exigimos distracción. Sin embargo, ¿qué inspirar y ofrecer en términos de Moda, cuando lo que todos deseamos en el fondo es “salir de ésta”?
En un ejercicio de producción fotográfica remota, buscamos analizar y reconstituir la imagen de Moda, mediante una videollamada y los recursos cercanos. No más. Privilegiando siempre el cruce entre las expresiones contemporáneas del yo en quienes modelen, las historias que estamos contando en la Red y la consciencia frente a la crisis.
La Moda y sus comunicaciones deben ser un espejo del mundo. Y para ello, generar imágenes sensibles resulta primordial. La Moda es un documento; todo aspiracionismo mal tratado es hoy un daño más a la industria y al futuro de nuestras profesiones.
Bitácora Moda Mexicana
El mercado de la Moda en México es primordial. Cultural y económicamente hablando.
acento, México 2020.