Esto va a traer un retroceso hacia la cultura privada: Ana Elena Mallet sobre la cuarentena

Ana Elena Mallet es una curadora especializada en diseño. Habla con nosotros sobre sus impresiones del sector cultural durante la pandemia en México.

Los archivos_del_aislamiento_ son un ejercicio creativo que busca la documentación y el repositorio tanto de nuestras visualidades como de nuestras experiencias durante el confinamiento ocasionado por la precaución ante el COVID-19.

El mapeo resultante ocasionará un expediente gráfico de nuestras actividades y pensamientos durante la aparición del virus.

Ana Elena Mallet es una curadora mexicana, especializada en diseño moderno y contemporáneo. Ha sido parte del consejo consutivo del MUCA Roma/UNAM (Museo Universitario de Ciencias y Artes) y de la Casa del Lago, así como miembro del comité de adquisiciónes del Museo Universitario Arte Contemporáneo. Conduce y asesora una serie en Canal 22 que se llama La Guía del Diseño y puedes ver aquí.

Esta plática se llevó a cabo el día 7 de mayo de 2020.

Dirección creativa: Daniella Feijóo
Dirección editorial: Alejandro López y Eduardo Limón

Acento: ¿Qué sucedió con tu trabajo tras el anuncio del confinamiento en México?

Ana Elena Mallet: Acababa de inaugurar una exposición de Clara Porset en el Museo Jumex. Por suerte, tuve la oportunidad y el tiempo de entender un poco lo que iba a suceder. Hicimos una visita guiada en digital para la nueva página del museo; bastante larga, como de 40 minutos. Primero, la difundimos en tres partes; ahora ya vive completa en las plataformas de Jumex. (Vela aquí)

Ésta es una exposición chiquitita. Es una de estas muestras que hace Jumex con tinte documental, llamadas Pasajeros. Y a mí me hacía mucha ilusión, porque este museo recibe un público muy distinto en comparación con los que he trabajado antes. También, que la Expo de Clara Porset dialogara con las de Lina Bo Bardi y de Gego, tres mujeres latinoamericanas que en su momento tuvieron pensamientos similares sin haberse conocido, era muy importante. Finalmente, no logramos esa convivencia de las tres porque se tuvo que cerrar el museo; pero por lo menos logramos hacer esta visita guiada que sobrevive a la exposición. 

No sabemos cuándo se va a levantar esto. La expo sigue montada. A ver qué pasa.

Ana Elena Mallet trayectoria

Acento: La intención por dar continuidad a nuestros proyectos ha cambiado la percepción y la reflexión de nuestro trabajo, ¿a ti qué te ha dejado?

Ana Elena Mallet: Me está costando trabajo concentrarme. A pesar de que siempre he trabajado en casa y soy una persona productiva, ahora ha sido bastante difícil porque hay mucho ruido. Las noticias, la incertidumbre. Tratar  de entender qué va a pasar con mi práctica. La mayoría de lo que hago ocurre en espacios públicos y colectivos. Va a ser difícil que la gente vuelva a reunirse en inauguraciones y recorridos. Que volvamos a hacer visitas multitudinarias o a esas noches de museos como las conocíamos. 

También pienso que la estructura pública del museo va a cambiar. Ganamos audiencias con esta presencia digital. Asimismo, me di cuenta de que los museos habían dejado de lado esta idea de la digitalización.  No sólo hacia los públicos, sino hacia adentro. Poder cuidar humedad y temperatura más allá de la manera manual, por ejemplo. Revisar bodegas. Toda esa parte, de repente abrió un hoyo de falta de atención. Y esta cuarentena nos obliga mucho a acelerar estos procesos hacia la vida digital. Creo, incluso, que esa parte va a ser muy positiva.

La discusión en la parte educativa también es fundamental. Tengo la suerte de dar clases en el Tec de Monterrey y, aunque yo ya trabajaba en formatos digitales, ha presentado retos; quisiera explorar más este modelo. Me parece que tiene muchísimas virtudes.

También me parece que todo esto nos puede ahorrar la idea de desplazarnos. Es real lo de las juntas que pueden ser un mail. También hay juntas en Zoom que podrían ser un mail, pero por lo menos ya somos conscientes del tiempo que podemos ahorrarnos. De que podemos dar soluciones económicas, incluso. Antes, cuando organizabas una conferencia, era complicado; ahora hay una oportunidad enorme para nuestras industrias creativas con estas herramientas digitales.

Acento: La idea de hiperproductividad, ¿qué opinas sobre estas exigencias de creación tan alzadas durante este confinamiento?

Ana Elena Mallet: Veníamos de un momento súper acelerado. De estar creando desde nuestras redes sociales para tratar de capitalizarlas, abriendo proyectos, etcétera. Y de pronto, ¡cerramos! A la semana, por este ritmo, muchos diseñadores ya tenían, por ejemplo, máscaras. Y no necesitamos más máscaras. El cubrebocas perfecto ya existe; científicamente está bien hecho. Yo sé que hay una escasez, quizás, pero de pronto vi una necesidad de estar produciendo que, en realidad, no va por ahí. ¿Qué va a pasar? ¿Cómo vamos a salir? Creo que muchos creativos han evitado esas preguntas durante la cuarentena hiperproduciendo cosas que realmente no necesitamos.

Estar en cuarentena, en casa, nos ha rebelado que podemos hacer las cosas distinto. Más lento. Y que tenemos mucho que no necesitamos. Ahora que estoy en casa me pregunto: «¿para qué tengo o quiero esto?». 

Hablando de los diseñadores otra vez: entender para qué son los objetos, por qué los vamos a usar; eso nos da la oportunidad de repensar en qué momento estamos y cómo será nuestra vida.

No es momento todavía de diseñar ni de hacer proyectos futuros, porque no sabemos en relación con la colectividad qué es lo que va suceder. Entrenarnos mucho en lo digital, entender sus alcances y generar mucha conciencia es lo principal durante esta época. Reflexionar qué vamos a consumir, por qué, quién lo produce, la cantidad en que lo producimos… Incluso en redes sociales. Instagram, que era mi red favorita, ya no la reviso nunca; porque todos estos likes y todos esos lives, ¿para qué? ¿Por qué? Si no hay nada interesante, no necesitamos compartir. Hay preguntas muy importantes que debemos atender.

Ana Elena Mallet exposiciones

Acento: Ante la noticia de un recorte de presupuestos y el desmantelamiento de ciertas instituciones en el ámbito cultural, la situación se complica aún más. ¿A qué crees que se deba este menosprecio hacia la comunidad creativa? Además, claro, de los ramplones vínculos que hace el gobierno entre cultura profesional y neoliberalismo o “salinismo”. ¿Se podría resumir a un desconocimiento?

Ana Elena Mallet: No creo que sea desconocimiento. Es un malentendido enorme. Este gobierno y sus funcionarios creen que sirven a un presidente. A un proyecto político y no a una comunidad. En buenas ocasiones tuvimos funcionarios conscientes de que al llegar a sus posiciones servían a la comunidad cultural. Ahora no pasó así. Tenemos personajes que sólo obedecen a lo que el presidente diga. Y así como los otros gobiernos estaban pensando en robar, éste piensa sólo en dejar una huella política sin importar qué. El meollo es que todo este gobierno olvida que sirve a una comunidad. Una que ha mantenido esto andando.

Esta idea de que hay que salir a los pueblos para hallar la cultura… ¡no digo que no! Bienvenidos esos programas. Pero son programas sociales. Que son distintos a lo que la comunidad cultural en su totalidad necesita. Entonces creo que esto es un malentendido. No es desconocimiento, porque Alejandra Frausto es una persona que ha estado involucrada toda la vida. Pero hay una convicción más fuerte de servir al proyecto en sí que a la esfera pública y a la comunidad.

Yo creo que esto va a traer un retroceso hacia la cultura privada, como en los años 80 y 90. Vamos a tener que producir en nuestras casas, al grado de «yo traigo las chelas, vengan unos cuantos y nos ponemos a discutir». Me parece que habrá eso. Y en cuestión de museos, habrá que, como integrantes de la comunidad, inventar nuevos modelos de gestión y de consumo. Aclaro: cuando hablo de cultura privada, no me refiero a empresas becando ni nada por el estilo, sino a las prácticas autogestivas.

Acento: Hablando de museos, ¿esto qué supone para ellos?

Ana Elena Mallet: Habrá que ver. De por sí sus presupuestos son raquíticos. Tendremos que analizar qué les quedó. Si siguen activos los EFIARTES, que han sido una herramienta fundamental para que podamos hacer proyectos. Igual los EFICINES y los EFITEATROS.

También debemos esperar a lo que suceda con el capítulo 3000, que es una duda enorme. La mayor parte de los curadores, investigadores y demás, no están contratados de planta en las instituciones; entonces, ¿esa gente por honorarios? ¿Qué recursos quedarán? No sólo económicos, sino humanos.

Ana Elena Mallet curaduría

Acento: ¿Cómo crees que reaccione la gente al volver a espacios colectivos?

Ana Elena Mallet: Será muy difícil. 

Mario García Torre, artista, sugería que regresáramos a los museos de uno en uno, como lo están haciendo en otras partes del mundo. Abrir los museos y las galerías para que entremos y salgamos así. Pero, ¿con los conciertos? Lo que sucederá con la música es distinto.

Pensemos igual en todos estos comerciantes informales que también son cultura. La comida callejera es fundamental en la creación de identidad cultural del país y de la ciudad. Al principio, habrá que pensarlo dos veces antes de comer en la calle otra vez; los restaurantes tendrán un triple filtro de higiene y precaución. Volver al cine, al teatro, a las galerías, será lo mismo. La gente va a tener miedo al reintegrarse en un espacio público.

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