Violator. 30 años de marcar himnos y silencios

Violator de Depeche Mode es un disco que inauguró nuevas reglas para el juego. El suyo y el de todos. A 30 años, recordamos su impacto.

I

Bajo la premisa de que Depeche Mode es una banda electrónica que usa guitarras –no una banda de rock con sonidos electrónicos– podemos entender la singularidad de Violator. Una de ruptura y atemporalidad. Capaz de fracturar la manera en que se hacía rock durante los años 80. Lo suficientemente enérgica como para que el techno y el house subieran a un peldaño más ecléctico. A un nivel que terminaría por convertirse en el cénit no sólo de la banda, sino de la música contemporánea.

Violator Personal Jesus

Violator es un álbum que se gestó en el riesgo y en la experimentación. Es una obra sonora inseminada por un espíritu oscuro [como lo han sido todos los grandes trabajos de Depeche Mode]. Una ágil pieza musical guiada por temáticas de inquietud sexual, religiosa, afectiva, narcótica y misantrópica. Repleta de propuestas creativas y relieves de naturalezas techno, industrial, synth y post-punk.

II

Lanzado un 19 de marzo de 1990, Violator fue una apuesta que el grupo estuvo dispuesto a hacer, aun cuando esto supusiera el peligro de que sus fans no respondieran muy bien del todo a lo que traían bajo el brazo. Un sonido que perseguía la sinergia absoluta entre las raíces del rock y las innovaciones de la tecnología pesada del audio. Violator se alimentó de sonidos blues, soul, country, funk, progresivo e incluso metal, para revestir al núcleo de Depeche Mode. Un quid fabricado de sampleos, sonidos sintetizados y urgencias electrónicas de tinte revolucionario. *No olvidemos el pasado de la banda: fuertemente politizado, ampliamente formado en la escena de Berlín. Una historia musical marcada por las movilizaciones sociales de Europa y las investigaciones sonoras del underground.

Violator Policy of Truth

Este hito y giro de tuerca en Depeche Mode bastante se debió a la participación de dos hombres (además de la propia maduración que adquirió el grupo con los años): François Kevorkian y Mark Ellis «Flood». El primero, DJ francés encargado de la mezcla del disco, alabado por su trabajo en solitario y por la meticulosidad con que mezcló el Electric Café de Kraftwerk. El segundo, productor inglés que se formó al lado de New Order, Soft Cell, Psychic TV y Cabaret Voltaire. Fue gracias a estos dos sujetos que las guitarras eléctricas se introdujeron en el ADN de la banda y que las estructuras del rock americano se abrieron paso entre su personalidad. Que se ensayó con el techno, el house y el dance, marcados a esa fecha por los músicos de Detroit y Chicago.

Violator

III

El resultado fue un álbum profundo y sensual. Una colección de tracks melancólicos y siniestramente reflexivos, con la capacidad absoluta de convertirse en himnos de nuestra época. Ejemplo supremo de ese nuevo episodio en la trayectoria de Depeche Mode: ‘Enjoy the Silence’. Una pieza que originalmente fue pensada como balada acústica, pero que se llevó a los límites de un sonido más sofisticado y bailable, tras las sugerencias de Flood. Hoy, esta canción sigue siendo objeto de covers, sampleos y referencias para el dance actual.

Depeche Mode Enjoy the Silence

A éste le acompañaron temas que experimentaron con una línea electrónica que guió las bases del trip-hop y jugó con mezclas peculiares de dance-funk y el techno gótico. Tracks con bases atmosféricas que recuerdan a David Bowie y Lou Reed, así como con ejercicios progresivos que influenciaron al rock alternativo de los años 90.

Violator es un álbum que no envejece. Que da cuenta de la furia con que se puede hacer música sobre la Tierra. Narra las herencias del punk y la música industrial o ruidista, con la mirada puesta en el futuro. Pone, hasta el día de hoy, las manos sobre el camino del electro y las «innovaciones» del pop mainstream.

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Eduardo Limón
Editor Digital

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