Cuando Levi Strauss & Co. –la mítica marca de jeans norteamericanos que revolucionó la indumentaria del mundo actual y que sería conocida más tarde como Levi’s–, creó los primeros jeans en 1873, estos se dirigían al consumo de los obreros y respondían a la vida inclemente que ellos debían soportar. El género masculino destacó en ese entonces y en aquel estrato social por el uso rutinario de prendas de mezclilla; resistentes y lo suficientemente flexibles para las jornadas de trabajo. Era en los casos sorprendentes y de extrema necesidad económica que se veía a una mujer usando ropa de este material; si acaso, las niñas usaban prendas varoniles y algunas mujeres del campo usaban algo llamado “overol de cintura”, lo cual devino con el tiempo en los aclamados jeans. Pero no eran algo llamativo, mucho menos sofisticado; simplemente la mezclilla era signo indumentario de quiénes eran trabajadores y quiénes no.
Levi Strauss & Co., habiendo notado el enérgico cambio social y obrero que sufrían las mujeres, especialmente en los sucesos de desplazamiento agricultor y de supervivencia que hoy llamamos El Lejano Oeste, decidió en 1918 diversificar su oferta hacia la ropa femenina. Así nacieron los Freedom-Alls, una prenda de una sola pieza para mujeres, la cual que se contraponía al concepto de over-all masculino y aludía a la libertad que proclamaba la nación, tanto en su territorio como en su entonces reciente participación en la Primera Guerra Mundial.
Valiéndose de cierto discurso patriótico que cobijó a los artículos domésticos de la época –muchas cosas comenzaron a llamarse Freedom o Liberty– Levi’s despuntó con una publicidad inesperada: para los Freedom-Alls se mostraba a mujeres realizando tareas de casa o alguna forma de ejercicio físico (como la cosecha o el senderismo) usando pantalones de denim, hecho que posicionaba a la marca como una empresa progresista, consciente de su tiempo y que consideraba a las mujeres clientes valiosos. Clientes que urgían de libertad y no de más restricciones; justo como ocurría con otras marcas «femeninas».
A partir de 1922, Levi’s agregó diversos ítems con especial enfoque a las mujeres, como pantalones de caminata, pantalones para uso con botas, blusas y sombreros; sin embargo, la verdadera revolución no vino sino hasta los años 30, cuando Levi Strauss & Co. creó los Lady Levi’s, un blue jean tradicional con botones en la bragueta, una mezclilla más ligera y un corte de mejor ajuste a la silueta. Tan innovador y fresco se sintió este cambio, que en su edición de Viajes de Verano, durante mayo de 1935, la ya consolidada revista Vogue presentó este modelo como un must de la mujer delSiglo XX.
A la distancia, podría parecernos una medida no del todo feminista, claro; sabemos que la acentuación de la figura femenina y sus volúmenes han sido siempre utilizados como un aliciente de «ánimo» para tiempos de pobreza o guerra, que la objetivación del cuerpo ha fungido como herramienta para el control de la población, pero eso no borra que en la historia de Levi’s, en vez de frenarse el uso de pantalones para mujeres, éste se incentivó y marcó un antes-y-después del género, sus representaciones y su primordial papel en la sociedad.
Con los años, Levi’s se mantuvo a la vanguardia del denim y aportó distintos elementos que acompañaron a la emancipación del género: cierres, mezclas elásticas en el tejido, cortes más ajustados y que respondían al nuevo de look de las mujeres en los años 50 y 60, así como diversas prendas del mismo material que obedecían a los distintos roles de una mujer contemporánea. Sin embargo, destaca en la historia que un empuje tal como el que dio Vogue, la aceptación y tremenda cordura frente a una pieza que abría paso a la libre decisión de usar lo que mejor convenga al cuerpo y sus acciones, fuera la vuelta de paradigma que se necesitaba para la erosión de prejuicios en el desempeño e imagen femeninos.
Puede parecer simple, quizás un hecho ligero y nuboso –allí estuvieron Marlene Dietrich, Katharine Hepburn y Radclyffe Hall jugueteando en el queer con anterioridad–, pero la presencia del pantalón de denim en la llamada Biblia de la Moda y las visionarias iniciativas de Levi’s abrieron camino para que las mujeres que trabajaban en las fábricas, el campo o en otras formas de «trabajo de hombres» se trasladaran al tiempo de posguerra como un hábito casual para la jardinería, la cosecha, la playa y otras actividades de ocio o descanso dominical. Un avance que hoy sigue gozándose.