A diferencia del encierro característico de las estaciones de radio, la cabina de Sálvame Radio está a nivel de calle y al alcance del público. Basta prestar atención mientras se camina por fuera para mirar a los locutores al aire, algo impensado en las cabinas convencionales, donde la estructura parece sumar a una radio cada vez más alejada del público, ensimismada y que en palabras de Roberto Muñoz ‘El Warpig’, “no produce personalidades, sino robots”.
Aunque Sálvame Radio es un nuevo proyecto digital on demand que acaba de estrenar locación en la Condesa, Muñoz ha sido testigo de gestos de apoyo de la gente que descubre el lugar a ras de suelo, mientras camina por la calle de Tamaulipas. Esta conexión es la inquietud principal que llevó al Warpig, Carlos Andrade y Ray López a iniciar Sálvame Radio:
“Es hacer tu wishlist de lo que tú quisieras en una estación de radio y juntarte con la gente que lo puede hacer y te puede ayudar”, responde Warpig a pregunta expresa sobre la génesis del proyecto.
“Nace cuando no encontramos lo que queremos escuchar…no hay una narrativa, es verte a ti. Antes de que supiera que iba a trabajar en la radio, la escuchaba y me gustaba descubrir cosas nuevas, pero de repente ves que ya no es así, se está reciclando mucho, se están maquilando desde música hasta personalidades. Uno de los objetivos de Sálvame Radio es darle su importancia como lo que es. No hay un medio igual: es la magia de la radio que no tiene la tele, ni los podcast.”.
La crisis de la radio pública en México
Los medios de comunicación enfrentan una coyuntura donde la calidad del contenido ocupa el último sitio en la lista de prioridades y la radio no es la excepción. El reciente recorte a la radio pública en México –un error medianamente corregido por la administración actual después de una oleada de críticas que escalaron en la opinión pública– demostró que los espacios radiofónicos novedosos y con una propuesta más allá de la revista están en peligro de extinción.
“Si hablamos de la radio pública, yo le apuesto mucho más a las radios comunitarias, todas las estaciones de radio que están en la sierra, en Oaxaca, están haciendo cosas que valen mucho la pena. En el caso de la radio pública de la Ciudad de México, el presupuesto desde hace quince años es el mismo. No puedes hacer buena radio si tu personal está mal pagado. Cuando llegas a un punto en el que ya no te late y ya no estás de acuerdo, lo mejor es irte”.
No tenemos personalidades, tenemos robots
Esta crisis se refleja en la calidad de locutores, programas univocistas que no hacen más que homogeneizar las propuestas y por lo tanto, crear un vacío de contenido que afecta a los escuchas:
“Te dicen cómo hablar. Si un locutor se siente de la chingada porque estaba en el tráfico o se acaba de pelear con su novia tiene que llegar a sonreír al aire y qué pobre no tener locutores que lo expresen, esa es la magia de la radio. No lo puedes hacer ni en la radio pública, ni en la privada”.
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“¿Qué está pasando? Que no tenemos personalidades, tenemos robots. ¿Cuál es la narrativa de Sálvame Radio? Es esa precisamente, no estoy oyendo lo que yo quisiera escuchar en la radio. Tenía mucha hambre de cierto tipo de música y no la encontraba en la radio. Para mí, es llenar un vacío. Es una estación que habla 100 % de rock, está hecha pensando en lo que a mí me gustaría escuchar y pensando en qué es lo que no me gusta de la radio”.
En Sálvame Radio, lo principal es la música
“Vamos a escuchar a locutores hablando máximo cinco minutos. Lo principal en esta estación es la música. Invité a gente a la que le he aprendido musicalmente hablando, tenemos los espacios de Uili Damage, vocalista de los exquisitos, Fernando Benítez, Romina Pons, un espacio de cultura japonesa, la escena del J-Pop y K-Pop y del skate, también habrá un espacio de Toni François, famosa por sus fotografías y de Pepe Rock… pronto ya estará todo el staff al aire”, asegura el Warpig.
“Este es un modelo donde el que gana es el locutor, se trata de que el locutor tenga un sueldo decente. Estamos pidiendo esta suscripción a los radioescuchas para pagarle al personal”. En Sálvame Radio, cada escucha puede escoger pagarle una cantidad mensual simbólica únicamente a sus locutores favoritos a cambio del valor y el contenido exclusivo que recibe. La máxima del proyecto es darle el reconocimiento al valor que cada locutor aporta a la gente que escuche:
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