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Postales de Halloween

Postales de Halloween: el origen del miedo en la Noche de Brujas

Qué podemos decir sobre las Postales de Halloween y cuán importante ha sido su legado para entender la representación del miedo hoy.

Piensa en tu mayor miedo y trata de expresarlo. Si intentaras escribir un cuento sobre éste ¿cómo le narrarías? ¿qué cosas serían capaces de describirlo? En caso de tener papel, lápiz y colores ¿qué rostro tendría? ¿cuántas y cuáles formas le darían vida? Más importante aún, ¿sabrías qué apariencia exacta darle? Hacer tangible lo intangible ha sido siempre una de las premisas más importantes al ilustrar nuestros miedos.

Lunas llenas, gatos encrespados, brujas en sus escobas y huertos cubiertos de neblina. También sombras intimidantes, criaturas espectrales y un largo etcétera han tomado esta función durante mucho tiempo en las tradicionales postales de Halloween. Mismas que dieron paso más tarde a otros tipos de adornos y objetos de decoración para esta temporada. Pero no se trata de siluetas y personajes escabrosos sólo porque sí. Hay algo más en el fondo y esto es la necesidad de representar aquello innombrable o que nuestro ingenio no sabe definir por completo. De darle imagen a eso que sólo sabemos percibir en el aire y nos pone los pelos de punta, sin siquiera verlo a cabalidad.

Volviendo, entonces, al terreno de estas ilustraciones que tanto amamos en la Noche de Brujas, debemos tomar muy en cuenta que dichas figuras son la encarnación de preocupaciones y problemas muy profundos que tomaron forma —finalmente— en seres sobrenaturales y de ultratumba, a falta de voluntad para ser más explícitos en torno al pavor o de precisión para compartir el miedo.

Rastreando el origen de las postales de Halloween y cómo es que sus estilos se convirtieron en pieza clave para la iconografía del terror hasta nuestros días, debemos hacer primero un repaso —a vuelo de pájaro— sobre aquello que dio principio a este celebración.

Origen de Halloween

Jack O'Lanterns
«A Thrilling Hallowe’en.» Chromolithograph postcard, ca. 1910. Missouri History Museum Photographs and Prints collection. Postcards. n39414.

Esta fiesta cuyo nombre parte de la contracción entre las palabras All Hallows Eve —noche de todos los santos—. Igualmente, debemos puntualizar que se originó en el Samhain, un antiguo festival celta que celebra el cambio de estación del verano hacia los días más fríos del año. Esta noche, supuestamente, el mundo entero se llena de magia y espíritus, permitiéndosele a demonios y fantasmas vagar por esta dimensión. Lo cual dio paso a la tradición de usar atuendos extraños y disfraces aterradores para engañar a los espíritus, ya sea asustándolos o haciéndoles creer que el lugar por aterrorizar ya estaba siendo ocupado.

Más tarde, la Iglesia Católica adaptó esta tradición pagana y originó el «Hallow e’en» —nota la escritura, porque más tarde en este mismo texto será muy importante que la identifiques—. Fue así como también los inmigrantes irlandeses reavivaron el interés en esta celebración en Estados Unidos, con visitas de puerta en puerta, mascaras y el clásico Jack O’Lantern. Con los años, las tradiciones de Halloween de Inglaterra y Estados Unidos se unieron, convirtiéndolas en una fiesta que terminó por expandirse en toda la Tierra.

Postales de Halloween

Bruja de Halloween

Allá por el siglo XIX, a finales para ser precisos, enviar una postal durante las fiestas era una forma económica de enviar saludos y mantener la cercanía unos con otros. Para 1861, los estadounidenses enviaban tantas postales privadas que aquellos años fueron más tarde conocidos como La Edad de Oro de las Postales. Las había para todo. Vacaciones, bodas, baby showers y un sinfín de motivos más.

Así, las primeras postales de Halloween presentaban lindos e incluso juguetones símbolos tradicionales de Halloween. Calabazas, gatos negros y niños disfrazados eran los recursos más comunes para esta celebración. Pero también brujas eran retratadas como mujeres muy hermosas o seres espectrales que mandaban señales de afecto y hasta precaución. Otras tarjetas mostraban a personas que buscaban manzanas en grandes tinajas, aludían al esoterismo o retrataban juegos de azar y bebida. Los versos eran de igual manera un elemento habitual que podía causar gracia o alerta ante estas fechas.

Postales de Halloween tradicionales
Ilustración de John Winsch en 1911.

El auge de las postales de Halloween duró de 1898 —aproximadamente— hasta 1918. Una fecha marcada por la Gran Guerra y que señaló el declive de estos recursos de comunicación. Durante ese tiempo se produjeron aproximadamente 3 mil 500 imágenes, en las que podemos ver la carga espiritual con que se entendía hasta ese entonces a la fiesta.

All Hallows Eve
«Hallowe’en Pleasures. Bobbing, bobbing everywhere. Apples in a Tub.» Chromolithograph postcard, 1911. Missouri History Museum Photographs and Prints collection. Postcards. n39419.

Un dato por demás importante es que las tarjetas no presentaron la tradición del Trick or Treat —truco o trato— hasta la década de 1930. Un relevante indicio de que esta costumbre no era precisamente una práctica generalizada durante esos días.

Creadores importantes

Uno de los nombres clave en la manufactura de estas postales fue la compañía editora Raphael Tuck & Sons. También conocida por sus diseños enfocados en Navidad. Asimismo, tenemos las ilustraciones de Frances Brundage como un momento cumbre en su elaboración. El trabajo de esta artista fue extremadamente aplaudido como creadora de calendarios y tarjetas, tanto para la compañía que ya mencionamos como para la Saalfield Publishing.

También debemos destacar el trabajo de John O. Winsch y la International Art Publishing Company. Dos nombres con los cuales podemos destacar que la representación del miedo con la oscuridad, el peligro que corrían las cosechas, el frío, la soledad, los diablillos que andaban sueltos y demás, cambió durante los últimos años de la era victoriana hacia un terreno más suave y principalmente enfocado en los niños.

Postales de Halloween con calabazas

No obstante, y aunque hay muchos motivos infantiles, así como románticos y casi eróticos para las jóvenes parejas de ese entonces, sobresale la presencia de duendes, brujas con sus calderos, gatos negros y lunas cubiertas de nubarrones. Elementos que nos siguen hablando sobre el temor ante lo pagano. Del estado no bautismal de las personas cercanas, la escasez de alimentos en la época más fría del calendario y lo oculto hacia finales del año, por igual.

Otros artistas que convirtieron estas creaciones en auténticos coleccionables son Ellen Clapsaddle, H.B. Griggs, Jason Frexias y Clare Victor Dwiggins. Principalmente, fueron ellos quienes dieron al Halloween las representaciones que hoy conocemos. Los colores, los elementos simbólicos, los personajes y hasta las reflexiones de la época. Pensando, sobre todo, en las leyendas o poemas alusivos al otoño, la cosecha y el terror que estas postales presumían.

Postales de Halloween racismo

Por otro lado, no debemos obviar que muchos diseños reflejaron el racismo en los Estados Unidos de la época. De las postales producidas por la Rust Craft Greeting Card Company —de 1927 a 1959—, catalogadas por Wendy Morris, se identificaron doce categorías de imágenes étnicas que hoy nos pondrían a pensar demasiado. Otro rostro del miedo, sólo que enfocado a «lo diferente».

El valor de las postales de Halloween

A la fecha, las postales antiguas de dicha celebración son muy coleccionadas y algunas de las más difíciles de encontrar se han subastado por enormes cantidades de dinero. Los diseños eduardianos originales —es decir, de 1902 a 1910 cuando el rey Eduardo VII estaba al frente de Inglaterra— son especialmente raros. De hecho, se pueden distinguir por la ortografía de la festividad: «Hallowe’en».

Halloween Postcards

Ahora, cuando piensas en el miedo, ¿sigues pensando con las imágenes que nos dieron las clásicas postales de Halloween? Lo más seguro es que sí. Pocas ilustraciones son realmente tan poderosas como éstas en nuestra cultura.

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