Genealogía de un perfume: Gabrielle Chanel Essence

Gabrielle Chanel Essence es una fragancia femenina que narra la historia de la famosa casa de moda, pero que sobre todo, nos invita a ser auténticos.

¿Quién fue Gabrielle Chanel? De ella podríamos decir muchísimas cosas y dar un sinnúmero de facetas; a veces fincadas en la realidad, las más delas ocasiones sustentadas en la ficción. Desde la autora intelectual de la masculinización de la silueta femenina hasta la pontífice de la alta costura parisina, pasando por la eterna rival artística de Elsa Schiaparelli e incluso una aliada o espía nazi, la diseñadora fue todo. Un mito, especialmente.

Pero quizás no fue hasta 2017 que el mundo entero –y no sólo el de la Moda (con mayúscula)– se enteraba del verdadero nombre de la mademoiselle. Con el lanzamiento de la fragancia Gabrielle, la firma parisina compartía de una vez por todas la historia de la diseñadora más aclamada del siglo XX. Inspirándose en la etapa más desconocida de la vida de la couturier, el aroma buscaba desentrañar el ADN de la firma para el público actual y rebautizar a la leyenda misma. Dicho nombre resulta ser aquél que usaba la gran dama del fashion antes de ser una celebridad en París. Antes de convertirse en la artista más relevante de la indumentaria femenina y la imagen revolucionaria de la mujer contemporánea. Su nombre de pila.

Quién fue Chanel: Gabrielle antes de Coco

Gabrielle era una niña que creció ocultando su pasado humilde. Hija de un vendedor ambulante y charlatán, abandonada a los 12 años, la petite française forjó su infancia y personalidad en un orfanato. La Abadía de Aubazine se convirtió en su hogar. Un habitat que se traduciría entonces en su fuente de inspiración estética e intelectual: la austeridad y el binomio blanco-negro hallan en este periodo su génesis. Las piedras preciosas y los detalles barrocos también encantan a su corazón durante estos años. Somos situación y circunstancia, está claro; y éste es un ejemplo por completo evidente de cómo nuestro ojo es consecuencia de los escenarios que nos han acogido.

Coco Chanel

Conforme fue creciendo, la joven Gabrielle Chanel pasaba sus días cosiendo por las mañanas y cantando en un cabaret por las noches para las tropas militares. Su rebelde carácter comenzaba a causar estragos entre la sociedad. Se negaba a montar de lado los caballos de su amigo Étienne Balsan, usaba el pelo muy corto, se arreglaba inspirándose en el guardarropas masculino y, consecuentemente, decidía incursionar en el diseño haciendo lo que nadie más se había atrevido a hacer. Vendiendo sombreros sin plumas, con forma de aves y de estructura ultra ligera y ultra chic, Gabrielle se ganó una reputación en el mercado de la indumentaria, así como un aviso de peligro para el estatus quo.

Gabrielle Chanel

Un punto decisivo: el gran amor de Chanel

Boy Capel, uno de los vínculos afectivos más fuertes para Gabrielle, hombre rico y culto, le tomó de la mano para dar el gran salto. Él le adentraría en el mundo de la literatura, el misticismo oriental y el esoterismo. Más importante: él creyó en ella y su trabajo. Le respetó. Le prestó su casa para comenzar el taller. Con el amor de su vida bien prendado al pecho, Gabrielle tomó el riesgo… Chanel abrió sus boutiques en París, Deauville y Biarritz, y se presentó ante el mundo. No sin antes meditar sobre un determinante cambio: el nombre.

Joven Coco Chanel

Gabrielle decidió retomar su apodo de la juventud: Coco. Un sobrenombre que adquirió durante sus noches de cantante por interpretar insistentemente «Qui qu’a vu Coco dans l’Trocadero» (Quién ha visto a Coco en el trocadero). No obstante, ella era fanática de contar que a su padre le gustaba llamarle así cariñosamente. Coco Chanel nacía y la leyenda apenas comenzaba.

El perfume

A lo largo de la historia, las fragancias Chanel han sido ese magno detalle que cierra en un círculo perfecto el estilo impuesto por la maison. Sus nombres son conocidos por todos: No. 5, No. 19 Allure, entre otros. Sin embargo, para 2019, Olivier Polge –perfumista de Chanel– ha trabajado de nueva cuenta sobre las notas de Gabrielle, la última propuesta lanzada dos años antes. Con sus cuatro flores blancas como epístolas aromáticas de la casa (nardo de Grasse, jazmím, ylang-ylang de Comores y flor de naranjo de Túnez), el nariz ha variado un poco al perfume para convertirlo en un rayo de vibrante opulencia.

Chanel Botella

Polge ha atenuado el soplo cítrico y ha añadido un toque acidulado de frutos rojos. En el fondo, ha intensificado la estela, sensual y voluptuosa, con notas de sándalo, vainilla y almizcles blancos. Todo con tal de reinterpretar a esta fragancia en su carácter más cálido, solar y radiante posible. Justo como aquella etapa de Mademoiselle que tan poco tenemos explorada.

Gabrielle Chanel Essence es una variación luminosa de su original. Un aroma voluptuoso que habla de decisión. De la fuerza pura y el amor que cubre al universo cuando se busca trascender con pasión y trabajo. Este perfume hace eco de la vida y la personalidad de Gabrielle Chanel, mujer rebelde que fue en contra de lo establecido para elegir su destino y forjar su legado. «Decidí quién quería ser, y eso es lo que soy», dijo alguna vez. Chanel reedita este aroma sofisticado para reafirmar que, para una mujer, no hay nada más importante que su libertad. Su determinación para hacer, amar, crear y ser.

Notas de Gabrielle Chanel Essence

Cítricos, durazno, frutas rojas, grosellas negras, petit grain, flores blancas, nardos, ylang-ylang, jazmín, flor de azahar del naranjo, coco, almizcle, vainilla y sándalo.

La botella de Gabrielle Chanel

Así como sus aromas, el cristal que guarda a esta fragancia es único en la firma. Sin curvatura alguna, sus vértices son directas y sin rodeos. Son transparencia pura. Son la postura de mostrar su interior sin máscaras. El líquido: un juego de destellos ambarinos que abrazan tibiamente a la mirada.

Chanel

La intención

Así como lo revisábamos unas cuantas líneas arriba, para Gabrielle ‘Coco’ Chanel nada fue más importante que vivir a su manera. No anclándose en el pasado, revolucionando la silueta femenina, escandalizando a la sociedad más conservadora y amando sin medida. Así como la huérfana de Aubazine se convirtió en la reina de París, la maison impulsa a todas sus clientas a seguir sus sueños con este aroma sobre su piel. A que todas las mujeres pongan unas cuantas gotas de este perfume sobre su cuerpo y rindan tributo a la mademoiselle, construyendo su propio nombre, su soberana suerte y su precioso legado.

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