La maternidad es un hecho social y no biológico. Ésa es la primera sentencia contundente de este fenómeno y artículo. Aquello de donde proviene dicha noción natural en la mujer no es más que un evento de nuestra sociedad, convertido en una situación biológica.
Es decir, ese «instinto materno» en realidad es una categorización de lo social que coacciona a la mujer a ejercer algo que debe de ser decidido por ella.
Los roles de género repartidos en dos polaridades (femenino y masculino) han existido para crear una suerte de horizonte de sentido del mundo. Sin embargo, esto tiene que ser revisado y transformado para construir nuevos horizontes de sentido, pues solamente así se seguirá escribiendo la historia de la sociedad.
Existe una falsa dicotomía entre lo masculino y femenino como si el mundo de lo cotidiano se desarrollara en esta pareja conceptual. Además, la articulación de posibilidades de acción para aquellos que se desenvuelven en estas concepciones polares del mundo, es a menudo limitada y se relacionan de manera asimétrica
Lo que compete a lo masculino se relaciona con valores opuestos a los de lo femenino, que son institucionalizados y objetivados en el mundo, haciéndose pasar también por cuestiones completamente instintivas o biológicas. Como si lo que fuese social se biologizara; dando así las herramientas mediante las cuales diseccionamos la realidad.
La producción y trayectoria de los cuerpos humanos bajo estas dos nociones de lo femenino y lo masculino producen sus resultados en los actos y convicciones futuras (que por cierto, son difícilmente cuestionadas) de los individuos. Tomar consciencia de los dichos es primordial.
Dentro de todo este abanico de posibilidades nacientes de la dicotomía masculino/femenino yace la sexualidad. Cómo se entiende y experimenta está atravesado por esto. Desprendido de la sexualidad también está el tema de la maternidad, como un hecho que es meramente instintivo de la mujer cuando no necesariamente es así.
Otro rubro de la maternidad es quién la ejerce y cómo debe de hacerlo. Cuestión que asimétricamente está inclinada en absoluto a la mujer y gestionado por una estructura patriarcal y capitalista. De ahí que una de las demandas por parte del movimiento feminista sea la reivindicación del trabajo de cuidados, donde se involucra el espacio privado-doméstico.
Tomar consciencia de ello es importante, no sólo para situarnos dentro de una crítica sobre nuestra piel social, sino para poder vincularnos de una manera diferente con los y las demás. Derribando aquellos muros cimentados por esta manera dicotómica de construir el mundo.
El arte conscientiza
En el Museo Universitario de Arte Contemporáneo se encuentra en curso la exposición Maternar, la cual aborda esta problemática a través de los trabajos de 36 artistas mujeres, junto con la curaduría de Helena Chávez Mac Gregor y Alejandra Labastida.
Mediante esta exposición se busca cuestionar a partir de las limitantes constituciones de la maternidad, su genealogía, repercusiones estructurales, así como la otra perspectiva de lucha que busca cambiar el estatus quo de las mujeres que se insertan en la problemática.
Esta exposición dio comienzo el 20 de noviembre del presente año y durará hasta el 12 de junio del 2022.