Hace 50 años llegamos a la Luna. ¿Cuál es el siguiente paso de la humanidad en el espacio?

El alunizaje demostró las capacidades que tenemos como especie para resolver los problemas que se nos presentan con un poco de imaginación e impulsados por nuestra curiosidad, pero el futuro de la exploración espacial tiene un sinfín de retos que resolver.
“La posibilidad de leer el calendario en los cielos era literalmente una cuestión de vida y muerte. Los pueblos de todo el mundo tomaban nota de la reaparición de la luna creciente después de la luna nueva, del regreso del Sol después de un eclipse total, de la salida del Sol al alba después de su fastidiosa ausencia nocturna: esos fenómenos sugerían a nuestros antepasados la posibilidad de sobrevivir a la muerte. En lo alto de los cielos había también una metáfora de la inmortalidad”. 
Carl Sagan

 

Crédito: NASA

“Los seres humanos del planeta Tierra llegaron a la Luna por vez primera en julio de 1969. Venimos en son de paz en nombre de toda la humanidad”. La placa que los astronautas del Apollo 11 dejaron en el módulo lunar da cuenta de una característica inédita para una expedición humana: las llegadas en son de paz no son frecuentes en nuestra historia, sobre todo cuando miramos los innumerables registros de guerras, conquistas, genocidios y conflictos cuya naturaleza radica en la posesión de territorios inexplorados.

25 años después de la primera fotografía de la Tierra desde el espacio, la carrera espacial alcanzó su clímax con el alunizaje y demostró los contrastes de la especie humana. El mismo siglo que se inició con el breve vuelo de los hermanos Wright y la comercialización en serie del Modelo T (el primer automóvil masivo del mundo), vio cómo un grupo de tres astronautas viajaba a la Luna, un logro que apenas 30 años atrás pertenecía más a la ciencia ficción y la fantasía que al terreno de la realidad.

La llegada a la Luna demostró las capacidades que tenemos como especie para resolver los problemas que se nos presentan con un poco de imaginación e impulsados por nuestra curiosidad. No obstante, el contexto del alunizaje también se inscribe en el enfrentamiento ideológico más decisivo en la historia contemporánea, la Guerra Fría.
Despegue del cohete Saturno V despega con Michael Collins, Neil Armstrong y Edwin E. Aldrin. Crédito: NASA

 Envuelto en un nacionalismo que exaltaba las bondades del capitalismo estadounidense y el libre mercado mientras condenaba cualquier otro sistema de pensamiento u organización social, el hito del Apolo 11 (replicado en otras cinco ocasiones por las misiones subsecuentes) también daba cuenta de un aparato propagandístico que dejaba de lado la ciencia y la investigación con tal de mostrar el poderío del American Way of Life sobre cualquier otro modo de vida. El discurso que dictó Kennedy en 1962 anunciando la intención de llegar al satélite de la Tierra (Elegimos ir a la Luna no porque sea fácil, sino porque es difícil) es sólo una muestra de ello.

A 50 años de que Neil Armstrong se posara sobre la superficie lunar, la exploración espacial entrará en una fase que habrá de definir el futuro de la humanidad. La carrera espacial del siglo XXI está en marcha y a diferencia de la anterior, esta vez los competidores más fuertes son una mezcla de agencias espaciales gubernamentales y empresas privadas que desarrollan tecnología aeroespacial y que como principales impulsoras, tomarán decisiones significativas sobre los objetivos de la exploración del cosmos, por más que estos disten de las máximas de investigación científica, cooperación internacional y no apropiación nacional que rigen los Tratados Sobre el Espacio Ultraterrestre, la legislación más importante en la materia.

Buzz Aldrin en el módulo lunar del Apolo 11. Crédito: NASA

El siguiente alunizaje está programado para 2024, fecha tentativa en que la misión Artemisa llevará a las primeras mujeres al satélite natural de la Tierra. La actual carrera espacial también marcará la llegada del primer ser humano a otro planeta, la superficie de Marte. Será el paso más significativo en la exploración del Universo hasta entonces y un momento decisivo, en el que por primera vez se barajen serias posibilidades de que un grupo humano deje la Tierra por un amplio espacio de tiempo, no sólo para llegar al planeta rojo, sino para asentarse en algún sitio fuera de nuestro planeta, como una colonia orbitando alrededor del mismo.

La Luna será el primer escenario de expansión de las actividades humanas en el espacio. La minería espacial inaugurará una nueva época para la industria global ante un sinfín de intereses pensados e inéditos. Será imperativo asegurarnos de que la exploración espacial y todos los usos y aprovechamientos humanos del espacio no contribuyan a perpetuar la desigualdad; de lo contrario, aún los más sorprendentes logros en materia espacial serán eclipsados por el fracaso (o el desinterés) por solucionar los problemas más urgentes de la humanidad.

La exploración del cosmos es autoconocimiento y como tal, cada avance en materia de exploración espacial nos debe hacer capaces de voltear la vista una y otra vez hacia el único sitio no hostil que sabemos apto la vida y reconocerlo como prioridad. Revertir los efectos del calentamiento global, el extractivismo y las energías contaminantes en la Tierra son los problemas a resolver antes de pensar en convertirnos en una civilización con presencia permanente en el espacio.

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Alejandro I. López
Economista crítico. Editor Digital.

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