Idealismo alemán y sus autores

Una guía básica del Idealismo alemán (con citas importantes y autores)

Sorprende a todos con tus amplios conocimientos en idealismo alemán... o no; simplemente ensancha tu pensamiento y entrega mejores ensayos.

Mucho se ha traído últimamente el idealismo alemán a la conversación. A ciertas mesas y determinados interlocutores, pero así ha sido. Que, vamos… no es como que saques este tema a colación en medio de una reunión familiar en vísperas navideñas —por favor, no seas esa persona—, pero sabes a qué nos referimos. En un ajetreado siglo XXI, en estos tumultuosos nuevos años veinte, dicho movimiento filosófico bastante tiene qué aportarnos. Desde el conocimiento científico y la política democrática, hasta la ecología y la espiritualidad. Entre sus autores y obras, claves relevantes para pensar los problemas del presente.

Revisemos y partamos de lo más básico, entonces.

Qué es el Idealismo alemán

Un movimiento progresivo desde el idealismo crítico de Kant hasta el idealismo absoluto de Hegel, pasando por Fichte y Schelling, entre otros pensadores. Éste comenzó en la década de 1780 y duró hasta la década de 1840. Hablamos de una corriente que es hoy considerada esencial para las humanidades contemporáneas por su tratamiento sistemático de todas las partes principales de la filosofía. Pongámoslo así: su creatividad y profundidad intelectuales cimentaron la lógica, la metafísica, la epistemología, la filosofía moral, la política y la estética, tal y como las conocemos ahora. Incluso, hay quienes dicen que el Idealismo alemán es en realidad un período de la historia en sí; y no cualquiera, sino el más importante después de la etapa ateniense —pensando desde el mundo occidental, claro—.

En qué consiste el Idealismo alemán

Principalmente, se trata de una familia de posturas filosóficas (entre el siglo XVIII y XIX) que sostiene que los verdaderos objetos del conocimiento son ideales. En otras palabras: de las ideas. Es decir, dependientes de la mente, que necesitan ser pensados.

Cómo es esto, te estarás preguntando. Para empezar, en la época que vio nacer a este movimiento se postula que la razón es una herramienta que nos permite conocer la realidad. No hay duda de ello. Así es como parten todas y cada una de las teorías que componen a este pensamiento.

En segunda instancia, las reflexiones del Idealismo alemán parten de sostener que la realidad —o al menos ésa que podemos conocer— es un constructo de la mente; algo vinculadísimo a los postulados de Platón. Por eso te suena conocido. Sin embargo, esto fue abordado de diferentes maneras, tanto por Kant como sus sucesores. Lo cual puede llevarnos a ciertas ambigüedades y exige que aclaremos más adelante las aportaciones puntuales de tal o cual autor.

Nota: recuerda que para Platón las categorías y conceptos que abstraemos de las experiencias y materia son más reales que estas últimas. Es decir, hay un mundo de las ideas que es bastante superior —causa de la existencia de las cosas—, en comparación con el mundo sensible. Sin embargo, eso no es necesariamente así para los alemanes, aunque siempre permanecerá como un modelo base.

Finalmente, debemos anotar que este movimiento es entendido por muchos como un ejercicio humanístico para concluir los problemas filosóficos que dejó Kant al mundo moderno. A quien, aclaremos, varios críticos y estudiosos no consideran parte de esta corriente, más que como precursor.

Immanuel Kant (pensamiento trascendental e impacto)

Immanuel Kant es un filósofo relevante de la edad moderna y hasta nuestros días
Immanuel Kant.

Kant fue —digámoslo— el precursor del Idealismo alemán. Su trabajo estableció los cimientos para sus desarrollos posteriores, explorando en la Crítica de la razón pura (1781) la interacción entre mente y experiencia para dar paso al conocimiento. Fue así como este filósofo propuso una distinción entre el fenómeno —la realidad tal y como la experimentamos— y el noúmeno —la realidad en sí misma; inaccesible para los humanos, por explicarlo de alguna manera—.

Desdoblando sus aportaciones, podemos mencionar que las formas de la intuición son, para Kant, las condiciones subjetivas de posibilidad de toda nuestra percepción sensorial. Así, él cree que podemos percibir cualquier cosa sólo porque el espacio y el tiempo son formas (de la intuición) a priori que determinan el contenido de nuestras sensaciones. Según Kant, el idealismo “crítico” o “trascendental” sirve simplemente para identificar aquellas condiciones que hacen posible la experiencia.

¿Necesitamos más claridad al respecto? Kant sostiene que el espacio y el tiempo son meras características formales de cómo percibimos los objetos, no cosas en sí mismas que existen independientemente de nosotros, ni propiedades o relaciones entre ellas. En otras palabras: percibimos apariencias, no sabemos nada sustancial acerca de las cosas en sí mismas.

Algunos estudiosos interpretan este tipo de idealismo (trascendental) como una forma de fenomenalismo, una teoría metafísica o un sistema epsitémico-ontológico. Una filosofía que sucesores alemanes retomaron para afirmar, sobre todo, que el sujeto carece de conocimiento inmediato a partir de la realidad externa. Fichte, Schelling y Hegel retomaron su pensamiento para llevarlo a horizontes todavía más extremos con tal de llenar los huecos que «advertían» en dicho sistema.

Fichte y el Yo

Fichte es un filósofo del idealismo alemán
Johann Gottlieb Fichte.

Aquí las cosas empezaron a ponerse radicales. Intensas e interesantes, para quienes aman los giros dramáticos. Llevando el idealismo un paso más allá, nuestro querido Fichte argumentó que la realidad no existe independientemente de la mente humana. Desglosando: el Yo (la consciencia) es la única realidad y todo lo demás es una construcción a su cargo.

Su versión revisada y sistemática del Idealismo kantiano (trascendental) fue llamada Doctrina del conocimiento científico. Una obra criticada tanto por Schelling como por Hegel como un idealismo unilateral y “subjetivo”, así como un ejemplo destacado de la filosofía de la reflexión.

Pongámoslo sobre la mesa. Para Fichte, el conocimiento no empieza en el mundo exterior, sino en el Yo y en la consciencia del sujeto. El primer acto es su autoconciencia, creando su propia identidad, es siempre en un acto de autoafirmación. Junto con el Yo, Fichte introduce el concepto de No-Yo, que es todo lo que está en el mundo externo —fuera de la realidad del Yo—. Éste reconoce que hay cosas más allá, y sus interacciones con el No-Yo crean la experiencia.

La síntesis de Schelling

Schelling
Friedrich Schelling.

Proponiendo una síntesis entre la postura trascendental de Fichte y la naturaleza como objeto de estudio, este filósofo fue un peldaño importantísimo para el Idealismo alemán. Esto es: su concepto de Absoluto, que concibió una identidad entre sujeto y objeto, o entre espíritu y materia. De acuerdo con Schelling, la base del desarrollo, tanto de la naturaleza como de la razón, es el absoluto; una sola y misma fuerza espiritual.

A diferencia de Kant y Fichte —quienes sostenían que la mente organizaba la naturaleza—, Schelling estaba comprometido con el conocimiento de una naturaleza viva y auto-organizada. Fue así que publicó una serie de textos innovadores e influyentes que articularon una comprensión del universo con alma. Esto se traduce, entonces, como que: la naturaleza no es una mera apariencia, sino más bien el terreno vivo y el cuerpo visible de una divinidad eternamente encarnada.

Hegel y el Idealismo absoluto

Hegel es un filósofo del idealismo alemán
Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

El idealismo que defiende Hegel emplaza la identidad del sujeto y el objeto como el primer principio absoluto e incondicionado de la filosofía. Sus obras Fenomenología del Espíritu (1807)Ciencia de la Lógica (1816) nos presentan un sistema filosófico completo en el que la realidad y el conocimiento son procesos en constante evolución. En estos, las contradicciones y los conflictos inherentes al pensamiento conducen a la superación de sus propias limitaciones y, así, al avance hacia una comprensión «más completa» del mundo.

¿Cómo es esto? Veámoslo tan solo en el andar de la filosofía. A lo largo de la historia, las opiniones —aparentemente contradictorias— de sus diversas escuelas no son más que un desarrollo progresivo de la verdad. Es decir, se contradicen, se suplantan, pero por eso mismo son momentos interrelacionados de un crecimiento y desarrollo orgánico de una consciencia única. El Espíritu Absoluto.

El idealismo propuesto por Hegel es el intento de demostrar esta unidad mencionada; un sistema en donde se afirma una y otra vez que para que la conciencia sea capaz de conocer el mundo debe existir, de alguna manera, una identidad entre pensamiento y ser. Si no fuese así, la razón humana no tendría acceso a los objetos y no tendríamos ninguna certeza acerca de nuestro conocimiento del mundo. Lo cual nos dice que el idealismo hegeliano es tanto epistemológico como metafísico.

El idealismo absoluto de Hegel tiene como objetivo que el espíritu humano tome consciencia de que el pensamiento es la única actividad mental capaz de unificar el mundo y la mente.

Influencia del Idealismo alemán

Posterior al desarrollo de estos pensadores, llegaron nombres como Schopenhauer, Kierkegaard y Marx, quienes fueron testigos del declive de esta corriente y, hasta cierto punto, sus continuadores. Algunos críticos mencionan que Schopenhauer realizó el primer sistema filosófico porstkantiano completamente ejecutado, en realidad. Otros, que éste no es en nada un idealista. Sin embargo, El mundo como voluntad y representación (1819) es una obra tremendamente influenciada por estos autores aquí revisados.

También tenemos a Kierkegaard, quien rechazó la razón y la filosofía en nombre de la fe, rechazando al idealismo para dar paso al existencialismo. Una vanguardia filosófica y literaria que analiza la condición humana, la libertad, la responsabilidad y el significado de la vida, que sostiene que la existencia precede a la esencia de las cosas y que la realidad es anterior al pensamiento.

Después, tenemos figuras como Marx y Engels, que acusaron al idealismo de no haber roto nunca sus raíces con la religión, de comprender el mundo a través de categorías abstractas y, finalmente, de confundir las meras ideas con cosas reales. ¿Su consecuencia directa? Una crítica que dio inicio a la alternativa del materialismo histórico.

Sin embargo, el Idealismo alemán siguió ejerciendo una importante influencia sobre la filosofía a principios del siglo XX, con el pensamiento de F. H. Bradley y Bernard Bosanquet como principales bastiones.

Por otro lado, era común sostener en aquellos días que el Idealismo alemán era —al menos parcialmente— responsable del nacionalismo y la agresión alemanes.

Más recientemente, filósofos como Richard Bernstein y Richard Rorty son responsables reintroducción de Hegel en la filosofía analítica como alternativa al empirismo clásico. Robert Pippin ha defendido la lectura de un Hegel no metafísico —que ha sido objeto de intensos debates sobre el realismo y el antirrealismo—. En el ala más actual del pensamiento, tenemos una Catherine Malabou, que ha intentado aplicar las ideas de los idealistas alemanes a la neurociencia contemporánea.

Frases y citas importantes del Idealismo alemán

«Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros» — Kant.

«La razón humana no puede conocer las cosas en sí mismas, solo puede conocer cómo aparecen en nuestra experiencia» — Kant.

«Nunca podemos conocer completamente la verdad, solo podemos acercarnos a ella de manera aproximada» — Kant.

«La razón pura es autónoma y libre de cualquier influencia externa» — Kant.

«La verdad se encuentra en la búsqueda constante» — Fichte.

«El sujeto ha de pensarse como único fundamento, abstraerse del ente libre exterior y atribuirse a sí solo su actividad» — Fichte.

«¿De qué sirve todo conocimiento si no se actúa de acuerdo con él?» — Fichte.

«No creerás que las cosas individuales están contenidas en el universo realmente con la separación con que tú las contemplas, sino que, antes bien, se separan meramente para ti, y cada ser participa de la unidad en la medida en la que él mismo se ha separado de ella» — Schelling.

«La tarea consiste en volver al sujeto-objeto tan objetivo y en sacarlo fuera de sí mismo hasta alcanzar el punto en el que coincida con la naturaleza (como producto) formando un Uno. Ese punto en el que ese sujeto-objeto se vuelve naturaleza es también aquel en el que aquello que tiene en él de ilimitado se eleva al Yo y en el que la oposición que la conciencia común establece entre Yo y naturaleza desaparece por completo, de modo que la naturaleza = Yo y el Yo = naturaleza. A partir de ese punto en el que todo lo que en la naturaleza sigue siendo actividad (y no producto) ha pasado al Yo, la naturaleza sólo sigue durando y viviendo en ese Yo, un Yo que ahora es uno y todo y encierra dentro de sí todas las cosas» — Schelling.

«La verdad no se encuentra ni en la tesis ni en la antítesis, sino en una síntesis emergente que reconcilia las dos» — Hegel.

«La historia del mundo no es otra que el progreso de la conciencia de libertad» — Hegel.

«El capullo desaparece cuando brota la flor, y podríamos decir que el primero es refutado por la segunda; de la misma manera, cuando aparece el fruto, la flor puede explicarse como una forma falsa de la existencia de la planta, pues el fruto aparece como su verdadera naturaleza en lugar de la flor. La actividad incesante de su propia naturaleza inherente hace de estas etapas momentos de una unidad orgánica, donde no sólo no se contradicen entre sí, sino que una es tan necesaria como la otra; y constituye así la vida del todo» — Hegel.

Hoy, el idealismo alemán puede ser un marco filosófico que nos ayude a plantear respuestas frente a la inteligencia artificial, los errores de las redes sociales, el daño al medio ambiente, plantarnos críticamente en la tensión de los opuestos y evitar sostenernos en verdades parciales con tal de seguir buscando la verdad.

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