Sala 10 del MUAC: Haciendo el museo fuera del museo

La Sala 10 del MUAC fue abierta en línea. Pensemos un poco en su exposición actual y qué caminos abre (o podría abrir) este espacio digital para el museo.

La sala 10 del MUAC fue abierta el pasado 23 de marzo de 2020, en el marco de la cuarentena para prevenir el contagio por COVID-19 en México. Pensada como una oferta desde el mundo virtual, la sala está dispuesta a extender la experiencia del museo fuera de las materialidades del mismo. Es decir, ejercita ese brazo digital que a muchas instituciones o proyectos les ha hecho falta para ampliar los alcances de sus propuestas. La llegada del coronavirus al país –y el distanciamiento social al que obliga– ha dejado ver una realidad que ya sabíamos, pero que no accionábamos del todo: otra historia sería si los museos, galerías, foros y similares no vieran sus páginas web sólo como muros con horarios o pizarrones de divulgación.

Queda en evidencia el poco cuidado puesto sobre sus trabajos de vinculación digital. Son escasos los museos mexicanos que pueden dar una verdadera experiencia lejos de sus recintos. Que exploran los otros sitios para su hacer cotidiano.

Pero eso es, absolutamente, tema para otra ocasión. Por lo mientras, volvamos a esta sala «des-materializada» con que el MUAC ha decidido hacer frente al obligatorio cierre de puertas en tiempos de COVID. Después iremos a otro de tipo de preguntas suscitadas.

Cuauhtémoc Medina

Sala 10 del MUAC y Francis Alÿs

 

Hasta el 5 de abril de 2020, en el sitio oficial del museo se contará con la exposición de una pieza videográfica producida por Francis Alÿs. Artista belga que trabaja en nuestro país desde 1986.

Un juego entre ruinas, título de la primera obra en esta sala-punto-com, muestra un juego de pelota entre niños y adolescentes en el conflictivo contexto islámico. Con el apoyo de la Ruya Foundation de Baghdad, Alÿs documentó un partido de fútbol en el que no se utiliza balón y se retrata el ingenio rebelde –improvisado y tenaz– de los jóvenes ante las imposiciones de quienes pretenden desaparecer lo que somos.

En palabras de Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del MUAC, «Esta obra se encuentra entre las obras más conmovedoras de Alÿs, ya que registra la tenacidad y hondura que contiene un juego, pero también la importancia que estar conectados con el mundo tiene para quienes viven tiempos de tragedia. Ver estas imágenes nos recuerda la dignidad que supone atravesar el peligro y defender los sueños».

Visita la exposición dando clic aquí.

Sala 10 del MUAC Francis Alÿs

En cuanto a las formas

 

Opiniones se han dividido alrededor de la Sala 10 del MUAC. Para algunos, pareciera extraño hablar de una sala en formato de página web y que sólo contenga un video. Para otros, quizás más exigentes –o no–, la experiencia de un video no es suficiente para hablar del ejercicio net en un museo. Otros tantos se preguntan cómo es que se da la vinculación con el público y una oferta diferente para el espectador.

Al respecto:

a) La Sala 10 del MUAC, al parecer, no busca ser una experimentación curatorial-creativa que rompa con el museo. Intenta resituar la actividad del recinto, mas no de la esfera institucional. En otras palabras: persigue ser otra sala, no un anti-museo –o como quiera llamársele–.

b) Dicha independencia del espacio tradicional no pretende entonces una resistencia a los procesos del museo. No mezclemos lecturas.

c) En ese sentido, tanto la sala como la pieza de Alÿs no están concebidas como parte de ese net art que explora lenguajes o desdobla radicalmente las arquitecturas. Se utiliza un soporte digital, pero no necesariamente se inscribe en los procesos y las finalidades de pensar al Internet desde especificidades tecnológicas. Al menos, no ahora en un primer momento.

d) Por lo mismo, hablar de estéticas propias del net art frente a Un juego entre ruinaresulta anacrónico y desfasado de intenciones. Spoiler alert: el arte de internet ya no se da sólo en colores neón, código binario, diagramas de MS-DOS, etcétera.

Podemos preguntar…

 

Más allá de la emergencia sanitaria actual, me parece evidente la intención del museo por que esto sea sólo el paso inicial para su estancia on line. Haya o no amenaza de coronavirus. Y no podemos más que esperar a su inminente evolución y entrada a las estructuras de la web 2.0 –donde creo que está hoy la mayor riqueza de este tipo de iniciativas–.

Así, ¿la Sala 10 del MUAC es sólo otro soporte de muestra? Aguardemos a las decisiones del museo en cuanto a este nuevo repositorio. Sin embargo, creo que en el fondo, esta sala se relaciona más con la reflexión en torno a la dimensión cultural y social de la red o del espacio digital.

¿No podría esta sala convertirse en un espacio para ahondar creativamente en la conectividad ubicua y permanente en nuestros hábitos de vida actual? La posibilidad existe. Sólo es que el museo vaya explorando sus alternativas. El MUAC, de entre muchas instituciones, es el lugar de donde esperaría más esta postura.

A mi juicio, la Sala 10 del MUAC ha lanzado su primera piedra para generar esta onda. Poco a poco las paredes del museo se irán fracturando para abrir paso a nuevas interfaces y, con suerte, agrupar comunidades que exijan más y mejores experiencias fuera del recinto. Que, atención, esto no significa necesariamente la digitalización de su acervo o la generación de vistas 360º de cada sala. Tampoco que su sitio se convierta en una plataforma low tech o altamante gamificada para transmitirnos «esa» sensación net. En ambos casos, existe el riesgo de que la página se quede allí. Sin conexiones y sin vínculo. Pero ya habrá tiempo de platicarlo con la dirección y el comisariado del museo. Sólo aguantemos a que el Covid nos dé licencia.

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Eduardo Limón
Editor Digital

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