El juego de tronos ha terminado, la historia de Westeros llega a su fin —por lo menos en la televisión— así como las incontables teorías que propagaron Internet desde que el primer episodio de la serie se transmitió en 2011. A pesar de las críticas que la serie generó desde que se quedaron sin material literario que adaptar, e incluso después de sus dos últimas y tropezadas temporadas, Game of Thrones pasará a la historia como un fenómeno que trasciende la pantalla chica. Una épica cinematográfica que revolucionó la manera en que consumimos entretenimiento.
Pocas series han logrado satisfacer las expectativas de los espectadores en sus episodios finales. Breaking Bad, The Wire, y The Sopranos están en la meca televisiva y son consideradas casi perfectas, pero en su momento también fueron criticadas por sus actos finales. Por otro lado, las series más populares como Friends, How I Met Your Mother o The Office son recordadas con cariño a pesar de que nadie incluiría un episodio de las últimas temporadas como uno de sus favoritos.
Más allá de Game of Thrones
El fenómeno causado por Game of Thrones es un producto de su tiempo. Las redes sociales han acompañado a la serie desde su inicio, y las últimas temporadas han generado tanta conversación en Internet que parece que no hay nadie ajeno al programa. Esto ha provocado que sea algo que se ama o se odia. Sin embargo, la amplificación de los mensajes en redes sociales nos lleva a creer que hoy la televisión sólo puede ir en decadencia, cuando es justo lo contrario.
Aunque las megaproducciones comenzaron hace varios años —la fallida Marco Polo de Netflix o American Gods de Amazon Prime— el fin de la canción de hielo y fuego dará pie a la búsqueda de los grandes estudios para apoderarse del trono televisivo.
Los nuevos contendientes
HBO espera mantener el número de suscriptores enganchándolos a su excelencia televisiva con programas como Barry o Big Little Lies, y aunque Westworld ha tenido buena recepción gracias a las excelentes actuaciones, los efectos especiales y una historia que, así como Game of Thrones, puede sorprender en cada episodio, no ha sido tan relevante a nivel mundial.
El gigante televisivo sabe que necesita reemplazar su programa estrella, por lo que este año estrenarán la adaptación de Watchmen, la novela gráfica más relevante de la historia y otra apuesta arriesgada después del resultado de la película de 2009 de Zach Snyder. Esta vez Damon Lindelof, creador de Lost, será el encargado de adaptar lo que parece inadaptable con un elenco de estrellas donde destaca Jeremy Irons como Ozymandias y la musicalización de Trent Reznor y Atticus Ross, las expectativas ya son altas.
El estudio también ha dado luz verde a una precuela de Game of Thrones que supuestamente tendrá lugar miles de años antes de los eventos que hemos visto en estas ocho temporadas, pero después de las últimas temporadas, es incierto si este programa tendrá la fuerza que su predecesor.
Por su parte, Netflix, campeón del streaming a nivel mundial, continúa batallando por mejorar sus producciones originales, aunque Stranger Things fue un éxito al momento de su estreno, en vísperas de la tercera temporada la gente ya no está tan entusiasmada. Por ahora, The Witcher parece ser su próxima gran apuesta, aunque los rumores de reshoots no le dan buena pinta al proyecto.
El futuro de la televisión
Sin duda alguna Amazon Prime es el estudio que realmente está buscando tener la próxima sensación televisiva. Si la saga de hielo y fuego es un furor literario, la saga de The Dark Tower, el magnum opus de Stephen King, puede ser un verdadero éxito. Amazon incluso se ha distanciado del desastre que resultó ser la adaptación a la pantalla grande, clarificando que son proyectos separados y que la serie que producirán realmente buscará rescatar el imaginario de uno de los escritores más importantes del momento.
Pero el verdadero as bajo la manga de Amazon es la producción de una serie de televisión basada en la trilogía de The Lord of the Rings, de J.R.R. Tolkien. Con un presupuesto que se estima en mil millones de dólares, la serie no ha comenzado a grabarse y ya está rompiendo récords mundiales. Aunque es obvio que será comparada con la trilogía de Peter Jackson, la serie no intentará desplazarla, por lo que la historia será periférica a la misión de Frodo y la destrucción del anillo.
La inspiración de Tolkien en Martin es conocida, por lo que esta serie tiene todo —popularidad, historia, presupuesto y una base de fans por todo el mundo— para convertirse en un éxito sin precedentes, aunque hay que recordar que mientras más alto, más dura puede ser la caída.
Game of Thrones terminó, pero lo que está muerto no puede morir. La serie abrió las puertas para que la televisión entre a su cuarta época de oro, una con mayor libertad creativa y sobre todo, más dinero para invertir en producciones que rompen los límites entre arte y entretenimiento.