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Postales de linchamiento: imágenes de la brutalidad del racismo en Estados Unidos

Más de 4 mil afroamericanos fueron linchados entre 1880 y 1950, un espectáculo público de odio racial que manifestaba el control y la dominación sobre sus cuerpos aún después del final de la esclavitud

“Esta es la barbacoa que disfrutamos anoche. Mi retrato está a la izquierda, con una cruz encima. Tu hijo, Joe”. La postal de Joe Mayers, un trabajador petrolero de Temple, Texas, no deja espacio para la duda. La noche anterior, el 30 de julio de 1915, Mayers y otras diez mil personas se congregaron en la plaza principal de Temple para ser testigos de una escena común en el sur de los Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Will Stanley, un negro acusado sin ninguna prueba de participar en el asesinato de una familia del pueblo, fue sacado a la fuerza de la comisaría local por una turba de personas blancas que lo señalaba como culpable. 

Stanley fue encadenado y arrastrado hasta la plaza principal, donde algunos apilaban restos de barriles, cartón y otros materiales inflamables para levantar una pira funeraria. «Durante todo el camino, el negro peleó salvajemente y fue golpeado y pateado por la turba», describió un diario local. Antes de que la multitud lo acercara al fuego, un hombre disparó a Stanley, cuyo cuerpo finalmente fue envuelto por las llamas hasta quedar carbonizado.

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Postal de linchamiento de Will Stanley. Crisis magazine (Wikimedia Commons).

A su alrededor, una multitud con personas de todas las edades y algunas mujeres levantadas sobre los hombros contemplaban la escena con normalidad. Unas horas más tarde, los asistentes tomaron el cadáver y lo colgaron de un poste de madera. Los fotógrafos pudieron acercarse y durante algunos minutos, decenas posaron frente a los restos de Will Stanley. Las imágenes, vendidas por diez centavos cada una en los días posteriores en la localidad vecina de Waco, Texas, eran motivo de orgullo para quienes presenciaron el acto. Se trataba de las postales de linchamiento, una de las manifestaciones más crudas del odio racial y la normalización de la violencia contra los negros en los Estados Unidos.

Estableciendo la barrera racial

Tras el final de la Guerra Civil, los derechos de los afroamericanos fueron reconocidos por primera vez en los Estados Unidos. En el papel, la abolición de la esclavitud durante el periodo de Reconstrucción convirtió a decenas de miles de afroamericanos en hombres libres; sin embargo, la reacción supremacista blanca comenzó a ganar influencia en las legislaturas de los estados del sur en un entramado de elecciones interrumpidas o canceladas por la violencia y el paramilitarismo. Aún sin esclavitud de por medio, la barrera racial se levantó definitivamente a partir del establecimiento de las leyes Jim Crow, un conjunto de medidas destinadas a legalizar la segregación racial y anular los derechos civiles de los afroamericanos. 

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Postal del linchamiento de Virgil Jones, Robert Jones, Thomas Jones, y Joseph Riley, el 31 de julio de 1908 en Russellville, Kentucky. CARLI (Wikimedia Commons).

“Aunque legalmente emancipados de la esclavitud y dotados de derechos constitucionales para participar en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho, los negros pronto se dieron cuenta de que esos derechos no se cumplían en un sistema político controlado por blancos hostil a su ejercicio. Este mensaje fue comunicado a través de un intrincado y complejo sistema de subordinación racial construido después de la Guerra Civil para mantener y reforzar la supremacía blanca en un mundo sin esclavitud. Levantado partir de la ley y la costumbre, la fuerza y ​​el miedo, la privación de derechos, el alquiler de convictos y la segregación de Jim Crow, el sistema era frágil y estaba ferozmente protegido”, explica la Iniciativa por la Justicia Igualitaria (EJI).

Las postales de linchamiento se volvieron comunes en las oficinas de correos de todo el país, especialmente en el sur de los Estados Unidos. Como cualquier otra tarjeta postal, cumplían con el propósito de enviar un mensaje breve y sencillo. A diferencia de las cartas, se mandaban sin sobre y bastaban un par de segundos para observar tanto la imagen, como el texto en su interior. 

Postales de linchamiento: un mensaje contundente

Los linchamientos se convirtieron en un acto masivo y socialmente aceptado. En las postales, los participantes miran a la cámara con tranquilidad, algunos señalan el cuerpo sin vida y otros más sonríen. No hay temor a ser juzgados socialmente. Mucho menos a la persecución judicial. Las pesquisas posteriores, obligatorias por ley, solían cerrar los casos explicando que la víctima en turno “murió a manos de un grupo de gente desconocida”.

La maquinaria racista había triunfado con el contundente mensaje de supremacía instalado en la cotidianidad. “Los linchamientos se transformaron en una nueva forma de diversión en la que muchos participan. La gran mayoría de las personas que linchaban cuerpos negros no eran miembros del Ku Klux Klan, eran ciudadanos ordinarios: personas de todas las edades, hombres, mujeres y niños de todas las clases sociales”, explica Terry Anne Scott, experta en Historia afroamericana en el documental Lynching Postcards: Token of a Great Day.

linchamiento de Duluth
Postal del linchamiento de Elias Clayton, Elmer Jackson e Isaac McGhie Duluth, trabajadores de circo en Duluth, Minnesota, el 15 de junio de 1920. Minnesota Historical Society (Wikimedia Commons).

En el siglo XX, los linchamientos de afroamericanos ampliaron su espectro de acción. Además de linchar a negros supuestamente relacionados con crímenes, el foco se puso sobre aquellos ciudadanos afroamericanos que protestaban por sus derechos y exigían su lugar dentro de una sociedad profundamente racista

De acuerdo con el EJI, el número de linchamientos a personas negras aumentó desproporcionadamente hacia el siglo XX, revelando su raíz racista. Para 1920, se contabiliza que por cada linchamiento a un estadounidense blanco, habían muerto 17 personas afroamericanas a manos de una multitud. El tercer reporte sobre linchamientos a afroamericanos del EJI menciona distintos casos de esta naturaleza, como el de Elton Mitchell, un joven afroamericano que se negó al trabajo esclavo y fue descuartizado por una turba de blancos: “En 1918, cuando Elton Mitchell de Earle, Arkansas, se negó a trabajar sin paga en una granja propiedad de ciudadanos blancos “prominentes” de la ciudad, lo cortaron en pedazos con cuchillos de carnicero y colgaron sus restos en un árbol”.

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