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Para no morir por amor: una obra para enterrar clichés y relaciones tóxicas

Un monólogo de Marianella Villa que analiza el condicionamiento cultural sobre lo que para la mujer significa amar.

Un cementerio o un jardín… esa es la cuestión.

Es esa la primera línea de un monólogo que nos cuestiona acerca de lo que creemos que es amar. Amar como la labor de cuidado que requiere tener un jardín lleno de flores de colores, pero que al mismo tiempo puede convertirse en el lugar ideal para enterrar un cuerpo. Cavar nuestra tumba a veces resulta muy parecido a cultivar una relación que nos hace daño. Especialmente en un mundo donde la violencia fácilmente se confunde con amor, en relaciones tóxicas que nos desintegran, nos consumen hasta asfixiarnos y dejarnos sin suspiros. Marianella Villa propone entonces hallar en el teatro un espacio donde cultivar nuestros pensamientos. Pensamientos, homónimo de aquellas flores en cuyos pétalos refugiamos deseos y sueños. Así es como la jardinería y el amor nos exigen una ternura radical.

¿Quién medirá el calor y la violencia de un corazón de poeta arraigado en el cuerpo de una mujer?

«Hubiera sido imposible, completa y enteramente imposible, que una mujer compusiera las piezas de Shakespeare en el tiempo de Shakespeare». Virginia Woolf

Woolf, en sus letras, nos enfrenta a la pregunta por la discriminación de género en el arte. Se pregunta qué habría pasado si William Shakespeare hubiera tenido una hermana -Marianella propone llamarla Susana- de cuyos pensamientos brotaran las más bellas palabras de la literatura. Ella posiblemente quisiera estudiar teatro, enfrentándose a la negativa de su familia y de su contexto, para ser recluida en casa en donde en lugar de hallar una habitación propia, hallaría la esclavitud de los violentos prejuicios que quebrantaron la libertad creativa de las mujeres artistas con el único pretexto de su género.

Susana es la metáfora de todas y cada una de las hermanas de Shakespeare, a quienes Marianella les dedica también cada letra de esta obra para que desentierren las suyas, las reacomoden y construyan relatos que nos permitan de una vez por todas enterrar en el jardín al David de Miguel Ángel, con todos los clásicos masculinos de la cultura patriarcal, y al pañuelo para las lágrimas, con todos los peligrosos clichés que convierten al amor en el dolor más cruel.

«No quiero morir por amor».

Marianella Villa sabe que no todo se vale en la guerra y en el amor, porque el amor no debe ser una guerra, el amor no debe terminar en una tragedia. ¿A quién se puede odiar más a Ofelia o a Shakespeare? se pregunta mientras afirma que no quiere ser una Ofelia más, una mujer a quién las letras de un hombre ahogan en el río.

¿A cuántos trágicos finales nos ha condenado la literatura? Cuántas formas de suicidarnos, de perder la cabeza. Condenadas bajo el insulto contemporáneo de «melodramáticas», mismo que nos dicen como si ese fuese nuestro delito mientras evaden la culpa por las historias en que nos han sacrificado. ¿A quién benefician las eternas enamoradas?. ¿Quién mató realmente a Ofelia? no pudo tratarse de un suicidio cuando hay muchas maneras de silenciarnos, de matarnos, de desaparecernos como si jamás hubiésemos existido, escrito, pintado, creado. Basta con borrar nuestros nombres de la historia, de la memoria del mundo.

 

El monólogo Para no morir por amor [Ensayo sobre lo patético], analiza el condicionamiento cultural sobre lo que para la mujer significa amar.

El cliché de la melancolía amorosa es el eje narrativo del monólogo escrito, dirigido y actuado por Marianella Villa. Una tendencia trágica, nos enfrenta ante los brutales cuestionamientos de la actriz: ¿Por qué aman de esa forma? ¿Por qué cometen actos tan brutales contra sí mismas?

Con esta pieza, Marianella siembra en quien la escucha y observa nuevos pensamientos, para cambiarle el rumbo a una tragedia. Este monólogo es para que las mujeres nos sepamos acompañadas en el camino para reescribir la historia y recuperar las voces de las desaparecidas, y es también para los hombres, no sin antes advertirles esto: si alguna vez nos han llamado radicales y dramáticas, siéntense y vean, callen y escuchen. Esta obra es para ustedes.

Como parte del ciclo Perspectiva de género, presentada por La Casa AmarYya, esta producción de la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), ofrecerá funciones del 30 de mayo al 23 de junio en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.

Funciones:  jueves y viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00.

Entrada general: $150.

Para más información, visitar las redes sociales de la Coordinación Nacional de Teatro del INBAL: @teatroinbal en Facebook, Twitter e Instagram.

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