Vivir de nuestras ideas y de su ejecución. Hubo un momento en que desear eso en México sonaba extraño para cualquiera que nos escuchase. Decir que la creatividad sería nuestro modus vivendi se convirtió, incluso, en una declaración contra el sistema. Sin embargo, los años pasaron, las generaciones fuimos cambiando y la economía también se transformó. Llegó el día en que un gran número de millennials –habiendo estudiado cualquier cosa, en realidad– estábamos ya involucrados con la industria creativa de nuestro país. Algunos por deliberada elección, otros porque así tuvieron que responder a la vida adulta que nos heredaban nuestros padres. Es peculiar que en esta generación nos dediquemos tanto al marketing, la publicidad o afines; pero si lo pensamos, mucho tiene que ver el universo financiero actual, la educación que nos fue otorgada y los espacios laborales y pagas que nos fueron concedidos.
Pero dejemos esa discusión para otro día. Lo que vinimos a hablar aquí ahora no es la génesis social del sector, sino cómo llegamos a su funcionamiento actual. Especialmente en la Moda nacional. Otro sector relativamente joven en el país, al cual nos hemos adscrito otro buen número de profesionales que vimos allí un refugio contra la gris monotonía. Un espacio para hacer otro tipo de economía y que, como muchas, se ha visto fuertemente afectada por el COVID-19.
Hablar sobre el desempeño de la industria creativa en México, hoy, en medio de una pandemia, es sumamente importante. ¿Cómo actúa? ¿Cómo sobrevive? ¿Quiénes le activan? ¿Cuándo entra en juego? ¿Dónde se ven sus impactos? (…) Y si a ésta sumamos la Moda: ¿quiénes la proyectan? ¿Quiénes la disfrutan? ¿Qué resultado tenemos de ella, además de lo evidente?
Durante estos primeros días de abril 2020, en vísperas del Mercedes-Benz Fashion Week México, tanto estas preguntas como las relativas para su solución no han dejado de acaparar la atmósfera. Quienes tenemos el privilegio de estar en cuarentena voluntaria, hemos visto estas cuestiones surcar de azotea en azotea y brincar de Live en Live dentro de Instagram. De poner en acción una que otra idea para continuar trabajando. ¿Qué hacer para que nuestra industria no frene? ¿Qué hará Fashion Week para seguir adelante y así servirnos de ejemplo para continuar evolucionando?
Primero, aclaremos: las industrias creativas, a nivel global, crecen en promedio 4.3% anual. En las ciudades, éstas tienen fuertes efectos positivos en materia de empleo; en la CDMX tenemos más de 200 mil personas trabajando en el sector (El Economista). De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), éste genera un impacto directo e indirecto en más del 4% del PIB. Además, las industrias creativas nos ayudan a conservar nuestro patrimonio cultural, enriqueciendo y fortaleciendo las capacidades intelectuales y productivas de los mexicanos, que finalmente desencadenan en una reconstrucción de nuestro tejido social.
Con ello en mente, saber qué es lo que sucedería con el Fashion Week en tiempo de distanciamiento social no es banal. Devino en una preocupación superior. Tantos trabajos no podían detenerse de un día para el otro. Y si se iba a mudar el encuentro entero al terreno digital –como finalmente se anunció–, ¿de qué manera cuidar al sector y salir de ésta juntos? ¿Cómo solucionar sin afectar?
Hablar con Johann Mergenthaler, al paso de los días, se hizo primordial para hallar respuestas que, provisoriamente, fueran descubriendo el camino futuro. Por años, él ha sido el Director Creativo de MBFWMx, además de un empresario con amplia experiencia en el sector. El encuentro, como todos ahora, fue digital. Su tono serio se va haciendo presente en las notas de voz. Con Johann se puede reír siempre. Largo y tendido. Pero cuando comienza a hablar así, quiere decir que es momento absoluto de trabajar. Agradezco su compromiso.
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La industria creativa, la llamada economía naranja, es tan importante como cualquier otra. Aquí no se juega. De lo sucedido dentro de esta esfera se sostienen vidas y hogares enteros. Incluso comunidades completas. Siguiendo un informe de la UNESCO, las industrias culturales y creativas generan cada año 2,25 billones de dólares. Esto supone el 3% del PIB mundial, dando empleo a 29,5 millones de personas activas en el mundo.
Con sus particularidades, la creatividad y la Moda en México se extienden también como una actividad dadora de sentido y sustento. Por ello, y tomando en cuenta a todas esas personas que en este ámbito colaboran, no cambiar nuestras estructuras de trabajo significa un freno a la existencia. Mudarnos a la digitalidad es imperativo. Apremiante. Y es así como entonces se torna llamativo y crítico lo que ha hecho MBFWMx para dar continuidad al esfuerzo y profesión de tantos.
Eduardo Limón – Johann, tomando en cuenta que de la Moda resultan demasiados empleos en su tradición física, ¿estamos planteando la unión futura entre shows físicos y shows digitales?
Johann Mergenthaler – La idea es complementarlos. Para esta temporada va a ser 100% digital y estamos muy concentrados en lo que está sucediendo justo en este momento y no podría decirte qué es lo que sucederá en la próxima. Aunque sí puedo asegurar que será completamente distinta. La creatividad no tiene límites y esta pandemia fue un episodio de reinvención; algo sumamente importante para cualquier proceso. La idea es seguir todos juntos.
EL – ¿Cómo se solucionará la participación de modelos, estilistas, maquillistas, etcétera?
JM – Estamos muy conscientes de que la plataforma (MBFWMx) y los desfiles dan trabajo para muchísima gente y la emplean. Sin duda. Por ello, tomando medidas de seguridad y desde casa, por supuesto, aquí también se hizo trabajo con modelos. Con peinadores y maquillistas para que den tutoriales y todos volvamos a estar involucrados. Que no pare la industria; eso es fundamental.
EL – ¿Se está contemplando que para esta sede digital (YouTube) veamos shows en streaming? ¿Se tienen pensados otros formatos?
JM – Lo más fácil hubiera sido realizar un desfile de ida y vuelta; sin embargo, esto ni hubiera resuelto ni hubiera hecho una propuesta para el público. Llamar la atención y sorprender es importantísimo; como tal, el streaming sería el elemento más sencillo y más obvio. Entonces lo que hicimos fue cuestionar y darle la vuelta a la tradición para poder hacer algo más creativo.
EL – ¿Qué ventajas y desventajas tenemos de una fashion week digital?
JM – Una desventaja es que estamos acostumbrados a transmitir y sorprender desde un solo espacio; normalmente, esto ocurre en una locación. Ahora tenemos que maravillar al público on line. Y eso mismo se convierte finalmente en una ventaja: tendremos ahora la oportunidad de llegar a más gente sin que salga de su casa. Lo que también hace que se entienda a la Moda no sólo como un asunto de comprar, sino un espectáculo y una expresión cultural.
EL – ¿Cuál fue el mayor reto creativo para una edición que es totalmente on line por primera vez?
JM – El principal reto creativo siempre es la reinvención. Reinventarnos ante una crisis y ofrecer nuevos formatos, nuevos contenidos y nuevos nosotros, para dar siempre algo mejor al público.
EL – Hablando de reinvenciones y reinterpretaciones de lo que solemos hacer, ¿qué opinas sobre lo ocurrido en Shanghai Fashion Week? ¿Crees que una plataforma de exhibición e e- commerce pueda ser replicable en México?
JM – Las pasarelas han ido cambiado a lo largo de los años. Y el tema digital definitivamente se avecina. Está aquí. Hoy se aceleró y hay que enfocarnos en eso. En que lo digital tiene partes muy positivas y que debemos explotarlas para seguir adelante con las presentaciones de los diseñadores.
Con las tiendas ocurre lo mismo; el formato del comercio físico ya estaba agotado incluso desde antes. Ve lo que sucedió con Barney’s. Esto se suma ahora a la oportunidad de hacer las cosas distintas. Hay páginas fundamentales que están haciendo esto desde hace años, como Mexicouture, y que le están dando la oportunidad a los diseñadores de entender y enfrentar los nuevos momentos de la Moda mundial.
EL – En este escenario de cambios y reflexiones en torno al hacer y consumir, ¿piensas que una ralentización de la industria en México pueda ser benéfica? Hablando de creatividad, sustentabilidad y economía.
JM – Este nuevo ritmo es fundamental y también hay que entenderlo. Hoy es importantísimo saber de dónde estamos adquiriendo nuestros productos y telas; que los diseñadores se sensibilicen y sean más conscientes de los materiales que están usando; si hay sentido en traer telas desde lejos y toda la contaminación que eso implica. También es primordial la opción de trabajar con lo que tenemos aquí en el país, en la región y con nuestros vecinos. Tomemos como ejemplo a The New Denim Project. Una empresa textil en Guatemala que lleva ya muchos años trabajando desde el escenario de la reutilización de insumos y el cumplimiento con productos sustentables y amigables, que piensan en un mañana.
EL – En esa misma línea, ¿qué opinas sobre detener la temporalidad de las colecciones como las conocemos (s/s – f/w)? Ya sea por temas de ecología o por contextos económico-sociales (COVID-19)?
JM – La Moda está cambiando muchísimo. Y eso me emociona, sin duda. Creo que el punto de ser tan estrictos con las temporadas ya desde hace tiempo estaba agotado. Especialmente para mí. Creo que hoy, más que nunca, cómo consumimos y cómo queremos ver no deben limitarse a una temporada. Hay que entender cómo no frenar el proceso creativo y ser más conscientes en la manera en que se consume.
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Con este panorama general, Johann es optimista –y propulsor– en cuanto a la constante transformación de la plataforma. De sus palabras se concluye que la industria creativa, especialmente aquella que se vuelca a la Moda y es tan compleja en su naturaleza, debe seguir adelante y reinventarse cada vez más, en el entendido de que su economía contribuye fuertemente a lo que somos (y podemos ser).