Los archivos_del_aislamiento_ son un ejercicio creativo que busca la documentación y el repositorio tanto de nuestras visualidades como de nuestras experiencias durante el confinamiento ocasionado por la precaución ante el COVID-19.
El mapeo resultante ocasionará un expediente gráfico de nuestras actividades y pensamientos durante la aparición del virus.
Marco Valtierra investiga, escribe y organiza exhibiciones de arte contemporáneo y su intersección con la literatura, la filosofía y el cine. Actualmente es curador de Espacio Cabeza, una plataforma de exhibición de arte emergente, y miembro fundador y co-director del Laboratorio Curatorial Archipiélago.
Esta plática se tuvo el día 8 de mayo de 2020.
Dirección creativa: Daniella Feijóo
Dirección editorial: Alejandro López y Eduardo Limón
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Acento: ¿Cómo iniciaste la cuarentena?
Marco Valtierra: Mi último proyecto salió justo antes de que todo el tema de distanciamiento estallara. Fue una exposición que llevamos a MACO en Guadalajara para finales de enero y principios de febrero. Fue una curaduría que hice en colaboración con Alejandro Cámara para Espacio Cabeza; un proyecto nómada de exhibición de arte contemporáneo emergente que este abril cumplió un año.
Todos los planes para 2020 han sido cancelados o detenidos indefinidamente. Lo cual me hace replantear la manera en que he trabajado y cómo puedo responder a esta situación de una forma distinta a como se ha hecho hasta la fecha. Con una saturación de contenidos en línea, lo que he tratado de evitar es eso; no quiero sobrecargar con información y propiciar a que se pierda de vista lo que sucede allá afuera.
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Acento: La generación de contenidos en Instagram fue la respuesta más obvia, pero también ocasionó muchas imágenes forzadas. ¿Qué reflexiones has tenido en torno a la curaduría, tomando en cuenta esto y la situación actual de espacios para la acción?
Marco Valtierra: Ésa es una reflexión que nunca termina. Y justo no ha llegado a ningún lugar, todavía. Hace falta tiempo. Algo que me parece importante ahora es el valor que le damos a la cultura; todo mundo empezó a producir muchas cosas de manera gratuita –porque trabajando en línea muchas veces pareciera que el valor económico es un valor artificial de las producciones– y se acentuó una percepción más fuerte de las artes como algo que no cuesta. Y en ese ímpetu de varios por mantenerse vigentes o en la conversación, podemos ver resultados muy buenos o la baja calidad de responder aceleradamente ante la situación. Lo cual me parece muy grave. Porque se pierde la crítica y la reflexión que debería existir en este momento de producción.
En este momento hay muchas preguntas que no se pueden responder sobre la pertinencia y la finalidad de lo que hacemos. Que operan en el vacío. Sólo hay un deseo de reaccionar frente a la contingencia, pero no me parece lo idóneo. Siempre hay que poner en duda. El pensamiento crítico debe ser constante y no adelantarse.
Para los proyectos que tengo detenidos, y que se disponen a un después muy abstracto, ¿cuáles serán los planteamientos que les posibilitarán? Es muy pronto para contestarlo. Debo preguntarlo desde ahora, pero no apresurar ni acciones ni soluciones.
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Acento: Desde los espacios donde colaboras, ¿qué pasa con las migraciones a lo digital de los espacios y personajes independientes o autogestivos en el sector cultural?
Marco Valtierra: Es muy interesante ver el cúmulo de respuestas que han arrojado los grandes museos o instituciones. Pareciera que son un “mientras tanto”. Contrario al aliento independiente, donde las dinámicas siempre han sido distintas y, en algunos casos, ya se llevaba más tiempo dentro de lo digital.
Asimismo, también debemos ver que algunos proyectos no pueden trasladarse a internet ya sea por falta de presupuesto o por no contar con otros recursos.
En mi caso todo está frenado. Mis proyectos no son digitales ni pretenden serlo.
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Acento: Cuando hipotéticamente regresemos a los espacios físicos, ¿qué has pensado acerca de la re-apropiación de estos?
Marco Valtierra: Cómo vamos a hacer para desarrollar nuevas estrategias de vinculación y cercanía en los espacios culturales es uno de los asuntos más complicados ahora. La respuesta, en mi caso, tendrá que ver con los planteamientos de los artistas, porque mi trabajo como curador depende en mucho de ellos. En todo caso, creo que la discusión se dirigirá hacia los afectos, lo colectivo y aquello que la pandemia ha dejado en el aire.
Acento: Hablando sobre las acciones y reacciones que pueden generar artistas, curadores y galerías independientes, parece posible pensar en exposiciones o trabajos que busquen una nueva posición entre sus espacios y las geografías que les recogen. Parece que ésta es una oportunidad de re-acomodo para las galerías. ¿Qué piensas acerca de eso?
Marco Valtierra: El objetivo de las galerías es claro: vender. Y ahora la prioridad colectiva no es comprar arte, aunque existan personas que tengan el poder para hacerlo siempre. Entonces a ese trabajo de compra-venta de obras, esencial para el mundo del arte, el período de post-pandemia puede servirle como oportunidad para sumar capas de sentido a su agenda. Crear programas públicos, proyectos educativos y demás que permitan la formación de jóvenes coleccionistas, así como de otros públicos. Los cuales quizás no consuman arte adquiriéndolo, pero sí construyendo al sistema.