Espero que en este preciso momento te estés planteando lo urgente que es tener ya una enciclopedia sobre películas de terror mexicanas. Cuando menos un diccionario, si no es que un breve compendio crítico del género en nuestro país, con ensayos y comentarios especializados. Por supuesto, han existido proyectos literarios y de investigación que se han propuesto un registro de este cine, muy a pesar de que detractores y pesimistas insisten en que no existe tradición en dicha veta de la filmografía mexicana. Un juicio por demás falso, cabe aclarar.
Pero el punto sería contar con una síntesis de cómo se ha tratado al terror desde el lenguaje cinematográfico en nuestra cultura y de qué manera hemos construido sus márgenes de miedo y asombro. Primero, porque el mapa puede sentirse un tanto difuso en términos conceptuales. ¿En México entendemos y atendemos este género de la misma manera que en Estados Unidos o España, por ejemplo? Definitivamente no. Incluso, es interesante entender en este punto que nuestro país es el mayor consumidor de dicho cine, pero nuestros vecinos del norte su principal productor.
Ahora, ¿comprendemos los mexicanos por terror lo mismo que los franceses o italianos? ¿Incluso que otros países de Latinoamérica? Habrá similitudes, claro, pero no necesariamente tienen que compartir las mismas líneas. Subgéneros hay muchísimos, y en México hemos sido especialistas en darle giros muy peculiares a bastantes de ellos.
¿Lo ves? Por eso necesitamos una guía definitiva del género en clave mx.
Las mejores películas de terror mexicanas de los años 60

En un breve pero sincero intento por recoger nuestros conocimientos en el cine nacional bajo los esquemas del terror, hemos realizado entonces este listado. Un intento por recabar, década tras década, la evolución del miedo en nuestra filmografía. Por ahora, enfocándonos en las joyas imprescindibles de los años 60.
¿Éstas son todas las cintas que recomendamos? No. Trabajamos en un listado mucho más amplio día con día. ¿Nos faltó alguna que consideres crucial? Escríbenos y cuéntanos de esa películas para poder buscarla y reseñarla en breve.
El espejo de la bruja (1962)
De Chano Urueta, este filme maravilloso e imprescindible mezcla la mexicanísima cercanía con el mundo de las brujas en nuestros hogares, respeto y miedo hacia ellas por igual, ciencia demente, profanación de tumbas, maleficios, fuerzas del más allá y posesiones, por decir lo menos. Una amalgama de líneas terroríficas muy bien lograda. Ojo al vestuario; una genialidad a manos de Mariestela Fernández, uno de los nombres legendarios y ultravigentes en el rubro.
El libro de piedra (1969)
Sería una ofensa no sumar alguna película del duque del terror, Carlos Enrique Taboada, en nuestros listados de terror. Este filme a color con el impactante trío de Marga López, Joaquín Cordero y Norma Lazareno es un referente de lo que significa temblar frente a la pantalla con el cine mexicano. Su narrativa intrépida, ángulos de cámara que nos adentran a su atmósfera gótica y una banda sonora precisa hacen de esta película un deleite que supera los límites del tiempo.
El escapulario (1968)
De Servando González, este filme mezcla fantasía, terror y novela de la Revolución. ¿Interesante fórmula, no lo crees? Incluso viéndola hoy, entenderás por qué sus tomas fueron vanguardistas y experimentales en México, permitiendo distintos niveles de narración y ambientaciones fuera de serie. Atención a la fotografía, producto del mítico Gabriel Figueroa.
El beso de ultratumba (1963)
Una obra maestra de Carlos Toussaint, aleación de cuento fantasmal con melodrama mexicano. Muy digna de ser considerada aún parte de la época dorada del cine en nuestro país. Su dirección y escenografías consiguen algo impresionante: además de entrelazarnos con la desventura romántica que une a toda la historia, contagiarnos de tristeza, soledad, nostalgia por un México que ya desde entonces no existía, desesperación y escalofríos.
Espiritismo (1962)
De Benito Alazraki, esta película nos comparte una de las premisas mejor conocidas en el género. Si intentas abusar del ocultismo y desafías sus reglas, las consecuencias pueden ser más devastadoras de lo que imaginas.
Museo del horror (1964)
Una pieza emblemática del cine mexicano a cargo de Rafael Baledón. Con tropiezos y uno que otro desarrollo apresurado, sin soltar sus buenas dosis de suspenso y oscuridad, éste es uno de los ejemplos más claros que tenemos a la fecha de lo que ha significado la serie B en nuestra filmografía. Un deleite de pies a cabeza.


